Audi tiene un singular sistema con el que consiguen "ver el futuro"

Cómo simular 12 años de desgaste en 19 semanas

Aceleran el tiempo de desgaste de sus vehículos de prueba, para conseguir mejorar el producto final

Cómo simular 12 años de desgaste en 19 semanas
Test INKA The Motor Lobby

Las pruebas que se realizan en los coches requieren tener información sobre su comportamiento a lo largo de toda su vida útil, pero no se puede esperar tanto tiempo para recabar tales datos. Para ello, existen distintas pruebas que simulan el paso del tiempo acelerado, por lo que se puede ver el desgaste que tendrá un coche a largo plazo, con el objetivo de mejorarlo y hacerlo más resistente y de calidad.

Para esto, Audi Quality Assurance ha simulado el paso de doce años en sólo diecinueve semanas, realizando su test tipo INKA número 100, en este caso con un Audi A4. El test de corrosión y envejecimiento que se lleva a cabo en Ingolstadt es una de las más duras pruebas que un vehículo tiene que superar, al simular los desafíos de una vida de doce años de un coche en sólo diecinueve semanas. Además, se tienen en cuenta distintas condiciones y etapas para hacerlo lo más realista posible. La marca de los cuatro aros utiliza este método para verificar la efectividad de la protección anti-corrosión y durabilidad de sus vehículos.

Con su test tipo INKA número cien, Audi Quality Assurance ha completado hasta la fecha un total de 322.500 horas de pruebas, ha recorrido más de un millón de kilómetros y pasado por 2.800 ensayos en barro y 1.900 en medio salino. Sylvia Droll, Jefe de Ingeniería de Materiales de Audi comenta: “Audi representa una calidad superior de fabricación, alta calidad percibida de materiales y gran fiabilidad, incluso muchos años después de que un coche es estrenado. El test INKA es un instrumento esencial para valorar la calidad de nuestros modelos y para optimizar aún más nuestros métodos de producción.”

El ensayo de resistencia comprende cinco fases. Primeramente, el coche recibe una ‘niebla’ de agua salina en una cámara climática a 35 grados centígrados.

A continuación se expone a un clima tropical de hasta 50 grados y con una humedad máxima del aire del cien por cien.

En la tercera fase, 80 lámparas de alta potencia, cada una con una intensidad de 1.200 vatios, calientan la carrocería hasta un máximo de 90 grados centígrados. En el proceso, los materiales del interior han de mantener su color y no deben quedar quebradizos.

La cuarta fase simula condiciones invernales en el círculo polar. A 35 grados centígrados bajo cero, una máquina con cuatro postes hidráulicos mueve el coche para simular la torsión y tensión de la carrocería y los apoyos del motor que los vehículos soportan al circular en carreteras muy bacheadas.

En paralelo –la fase cinco– los probadores conducen repetidamente los coches sobre pistas especiales en las instalaciones de ensayo al aire libre. Se recorren un total de 12.000 kilómetros con cada unidad, incluyendo las zonas de barro y con medio salino. Al final del ensayo, los inspectores de calidad diseccionan enteramente el coche en unos 600 componentes individuales, revisándolos en busca de posibles puntos débiles. Audi Quality Assurance realizó el primer test INKA en 2002. El departamento de Desarrollo Técnico ha estado realizando comprobaciones con similares métodos en unidades pre-serie desde hace 40 años.

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