Personalización y dinamismo serán sus señas de identidad

Seat Arona, el Ibiza se pone campero

El nuevo SUV urbano de la firma española llega al segmento de moda para medirse con rivales de todos los colores y condición

Seat pone a la venta su nuevo SUV de pequeñas dimensiones, y teniendo en cuenta que llega al sector del mercado de moda, la cifra de ventas con la que la compañía española cerrará el año va a ser de infarto, pues ya han batido el registro de 2016, que fue de récord. Y es que la llegada de este B-SUV sumada al Ateca les permite cubrir un espectro de mercado de más del 80% frente al 50% de hace un par de años. Casi nada.

Denominado Arona, utiliza la plataforma de su exitoso utilitario Ibiza y llega con un buen equipamiento de serie en el que no falta aire acondicionado, elevalunas eléctricos o cierre centralizado. Además, y en materia de seguridad, todos los Arona incorporan asistente a la frenada de emergencia y avisador de tráfico cruzado.

Bajo el capó, le animan 3 opciones de gasolina TSI, todas con turbo y 95, 115 o 150 CV. Si buscamos un diésel, nos ofrece dos TDI de 1,6 litros y 95 o 115 CV. Además, podemos encontrar una versión de Gas Natural Comprimido que en la firma llaman, no sin razón, híbrida.

Según el motor elegido, la caja de cambios será manual de 5 o 6 marchas y, en opción, podemos montar la automática DSG de 7 marchas con los motores TSI de 115 CV y 150 CV o TDI de 95 CV. En cualquier caso, la tracción siempre será a las ruedas delanteras. Dependiendo de las condiciones de compra, como entregar coche antiguo o financiar con Seat, podemos comprar un Arona desde 13.900 euros con 4 años de garantía, asistencia y mantenimiento. 

Al conducirlo, descubrimos un coche aplomado y ágil en el que la dirección y las suspensiones ofrecen confort, pero sin dejar de lado el aroma deportivo que caracteriza a la marca española. Las plazas delanteras son amplias, no así las traseras que acogerán mejor a dos que a tres adultos. Un par de elementos que deberían mejorar son la falta de asideros en el techo y la imposibilidad de regular la banqueta trasera; ni en longitud, ni en inclinación del respaldo, además de que el habitáculo resulta algo ruidoso.

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