Respecto al abrigo, los expertos indican que dejárselo puesto incrementa hasta en un 80% las posibilidades de que el niño salga despedido del vehículo en una frenada brusca. Aquí entran en juego lo ajustados que vayan los cinturones y lo voluminosa que sea la prenda. Y es que, para empezar, lo que hace el abrigo es generar un volumen falso en el tórax del pequeño, disparando las posibilidades de que se deslice hacia delante, fuera de la sujeción, si se produce un choque. El asunto cobra todavía más importancia si tenemos en cuenta que muchos de estos anoraks están fabricados en tejidos impermeables y resbaladizos.
En cuanto a la sillita homologada, la investigación desvela que 1,2 millones de conductores no la usan siempre. De entre ellos, el 27% reconoce no hacerlo nunca, y el 73% admite que a veces «se le pasa». El estudio, asimismo, revela que el 10% de los encuestados cree que la silla no protege adecuadamente a sus hijos. Sin embargo, nada más lejos. De hecho, un uso apropiado de los sistemas de retención infantil puede reducir un 75% el riesgo de lesiones, según recoge ABC.
Además, «el Reglamento General de Circulación establece el uso obligatorio de cinturones de seguridad y dispositivos de retención homologados para niños en los vehículos», comenta Carlos Brüggemann, cofundador de Acierto.com. Asimismo, todos los menores de edad cuya estatura sea igual o inferior a los 135 centímetros han de utilizar este tipo de sistemas. No hacerlo implica una sanción de hasta 200 euros y la pérdida de tres puntos de carnet.
Fuente: ABC/Leer más
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