No dejan que los periodistas tomen declaraciones cerca de su puerta, ni que nadie fume en los alrededores, ni que de noche los fotógrafos usen los flashes
Dicen que Aminatu Haidar, que este domingo completó su cuarta semana en huelga de hambre, es un ser «especial» y carismático, comparable a los grandes hombres de paz de la humanidad como Gandhi, y que la corriente de apoyo que ha despertado con su protesta se debe a que ella es «un nuevo símbolo humano».
La idolatría que despierta -«Si cedo, expulsarán a muchos saharauis igual que a mí«- a su alrededor no oculta las dificultades del día a día de la activista.
Las enumera el periodista Edi Escobar:
«Pasa muy malas noches ahora por los efectos de la huelga, pues tan pronto tiene frío como calor, pero es una mujer muy fuerte».
EL CARRUSEL SOLIDARIO
Familias saharauis y simpatizantes españoles montan una especie de guardia permanente ante la puerta del pequeño edificio, frente a la parada de autobuses turísticos situada entre las dos terminales del aeropuerto de Lanzarote.
Haidar toca, cuando les necesita, una pequeña campana y acuden a atenderla para, por ejemplo, llevarla al baño en silla de ruedas.
Es entonces cuando los fotógrafos la retratan, pero siempre sin flash para no deslumbrarla. Al aire libre, bajo el techo de la parada, se ha improvisado incluso un pequeño centro de prensa.
Es ahí donde los «militantes de la zeja» -políticos, sindicalistas, artistas e intelectuales- que visitan a Haidar hacen a la salida su breve declaración solidaria y se garantizan unos segundos en los informativos de televisión.
LOS TERRONES DE AZUCAR
Haidar bebe todos los días litro y medio de agua, en botellas de 50 centilitros a las que hecha cuatro terrones de azúcar en cada una, según la periodista Edi Escobar, que asegura que es falso que la activista tome algo para alimentarse.
Aminatu va dos o tres veces al baño, habla con sus hijos permanentemente desde su móvil, tiene un pequeño transistor con el que escucha la radio saharaui y algunas cadenas españolas y está constantemente informada de todo lo que se publica sobre ella: por la mañana le pasan un dossier de prensa.
El habitáculo en el que se encuentra era una pequeña oficina para las empresas de guaguas que tienen allí su aparcamiento; apenas tiene seis metros cuadrados (tres metros de largo por dos de ancho) y por la noche solo caben dos personas para dormir: ella y su acompañante.
NI RUIDO NI OLORES
No tiene ventilación, ni luz natural, pero como padece fotofobia, la luz que podría entrarle por la puerta ya tiene el paso cortado porque han forrado la puerta para que no entre.
La iluminación interior depende de un pequeña lámpara de mesilla de noche, con la que lee algo, pero no mucho, ya que ha perdido la concentración para leer y le molestan mucho los ojos.
Por ello, no dejan que los periodistas tomen declaraciones cerca de su puerta, ni que nadie fume en los alrededores, ni que de noche los fotógrafos usen los flashes.
Ya le molesta todo, incluso los focos que por la noche conectan las televisiones para hacer sus directos, lo que ha motivado ciertas desavenencias entre los periodistas que cubren el ayuno y los miembros de la plataforma de apoyo que piden comprensión.
EL POLISARIO SE ACUERDA AHORA DEL REY DE ESPAÑA
Tras las peticiones de los últimos días, el presidente de la República Arabe Saharaui Democratica (RASD) ha solicitado por carta también una mediación del Rey de España, ante el rey de Marruecos, Mohamed VI, para «facilitar» el regreso de Haidar a su país:
«El Frente Polisario valora las iniciativas del gobierno español para convencer a las autoridades marroquíes para anular la medida de expulsión y permitir a la militante regresar a su país».