La guerra es un acto legítimo de los pueblos. Y en este caso hay un pueblo al que se niegan sus derechos y sufre una política de ocupación
Desde hace décadas EEUU y Francia apoyan en el norte de África regímenes dictatoriales por el temor al fundamentalismo islámico. Este es, para el jurista internacional Eduardo Soto-Trillo un error que para España se ha convertido en «un gran pecado de nuestra Historia» con la situación en la que viven en Sáhara Occidental. La realidad de este pueblo la plasma en su nuevo libro Viaje al abandono (Ed. Aguilar).
Soto -Trillo alerta de que en los próximos meses veremos acontecimientos en Marruecos derivados de la caída del régimen tunecino.
«En las últimas elecciones marroquíes sólo participó el 30% del censo. La población está esperando algo para el cambio»
En este contexto internacional, España tiene un lugar importante respecto a un territorio cuya identidad propia está reconocida por la corte internacional. Un territorio que actualmente está a merced de la ocupación marroquí.
«Es vergonzoso que hoy no reconozcamos nuestra responsabilidad legal y moral sobre el conflicto del Sáhara Occidental y no tengamos un papel activo en apoyar su autodeterminación.
Es más, gracias a Wikileaks hemos confirmado nuestras sospechas: España, a través de su embajada en Marruecos, apoya que el Sáhara se convierta en una autonomía de Marruecos con barbaridades como decir que es un caso similar al de Cataluña».
Eduardo Soto-Trillo lamenta que tras la guerra con Mauritania el respeto del alto el fuego por parte de Sáhara Occidental y del Frente Polisario le «haya salido tan caro».
«La guerra es un acto legítimo de los pueblos cuando se les niegan sus derechos y hay una política de ocupación clara.»
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«La opción de la violencia es peligrosa pero hay que entender que la juventud saharaui no puede esperar eternamente.»