Normando Hernández (Camagüey, 1969) se dedicaba al periodismo independiente en Cuba. Entre las acusaciones que se le imputaron para condenarle a 25 años estuvo el haber criticado la calidad del pan y analizar la causa del problema. Tras pasar siete años y medio de prisión fue excarcelado y desterrado a España junto con su familia en. Dice a Periodista Digital que siente muy agradecido al pueblo español, pero no a su Gobierno.
Acusa al Ejecutivo de Zapatero de retrasar la concesión de un asilo político que todavía no ha llegado y de no dejar que él y otros desterrados viajen a foros internacionales. Lo estaría haciendo para impedir que fuera de España se escuchen las voces de quienes se oponen a la dictadura castrista.
Esta actitud «cómplice» con el castrismo viene, en su opinión, de lejos:
El Gobierno de Rodríguez Zapatero es cómplice del Gobierno cubano». El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha estado lavando la imagen, durante todo su mandato, ante la Unión Europea y ante el mundo entero. Es lamentable, porque es la realidad. Y así lo hemos percibido y sentido todos los cubanos que nos hemos opuesto al Gobierno de Cuba.
Yo recuerdo que desde dentro de la cárcel, cada vez que nos llegaba una información del lavado de imagen que estaba haciendo el ex ministro Moratinos en verdad lo sufríamos mucho. Actualmente continúa en este lavado de imagen.
La actitud del Gobierno contrasta con la del pueblo español y con la de la Comunidad de Madrid:
Contrario al Gobierno español ha sido el pueblo de España, fundamentalmente los residentes en Madrid -Normando Hernández vive en dicha ciudad-, que nos han dado una acogida calurosa. Gracias al pueblo español yo no me he sentido extranjero en Madrid. Mi hija y mi esposa no se han sentido extranjeras en Madrid.
Cuando llevaban más de quince días en Madrid, el Gobierno no había proporcionado atención sanitaria a los desterrados, a pesar del delicado estado de salud que presentaban muchos de ellos. Cuenta que Esperanza Aguirre se interesó por su caso e intervino para que el Hospital Gregorio Marañón ofreciera atención médica a los ex presos políticos recién llegados a España.
Hernández relata la dureza de las cárceles cubanas:
Si existe algún infierno en la tierra, las presiones cubanas son ese infierno. En la prisiones cubanas el día a día es tratar de conservar tu integridad física, tu integridad moral; no permitir que te vejen, que te humillen.
En las prisiones cubanas se tortura tanto física como psicológicamente. Las prisiones cubanas no cumplen las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos dispuestas por las Naciones Unidas.
Pero el castigo llegaba incluso a su hija, Daniela, que actualmente tiene nueve años. El director del colegio y la policía política se encargaron de difundir entre sus compañeros de colegio, y los padres de estos, que Hernández estaba en prisión por querer poner una bomba en la escuela. Esto tuvo un efecto muy negativo sobre la niña, que requirió de tratamiento psicológico y psiquiátrico. Hoy Daniela es una niña perfectamente integrada en un colegio madrileño.