O Venezuela se desprende de Maduro o será Maduro quien acabará con Venezuela
EL cierre de gasolineras por escasez de combustible en uno de los mayores países petroleros del mundo es la constatación última de la catástrofe económica en la que ha sumido el chavismo a Venezuela.
Visto esto, ya no puede haber nadie con dos dedos de frente que imagine argumentos para justificar la gestión de Nicolás Maduro, que es una especie de «rey Midas» en negativo, porque todo lo que toca lo destruye.
Parecía imposible llevar a la quiebra a un país tan rico, pero el proyecto chavista lo ha conseguido y en un tiempo relativamente corto.
Hubo épocas en las que la discusión sobre los dislates del régimen bolivariano tal vez podía dejar cierto espacio para la interpretación intencionada a sus defensores. Hoy no queda ningún resquicio para justificar ni la permanencia de Maduro en el poder ni la de sus ideas supuestamente revolucionarias.
El chavismo ha seguido un camino hacia un callejón sin salida y todo indica que ya ha llegado al pie del muro más allá del que no es posible seguir sin romperse la crisma contra los ladrillos.
No hay pan, no hay alimentos, escasean los medicamentos, ya no hay gasolina.
¿Alguien cree que es razonable apostar a que se trata de un problema de «retrasos», como sostiene el régimen, y no el síntoma del inminente colapso total de la economía del país?
Puede que a lo largo de los últimos años haya habido ciudadanos que apoyaron este experimento de buena fe. Si aún quedan patriotas venezolanos en el entorno de esa caricatura de presidente que es Maduro, están obligados a hacer lo posible para sacar a su país de esta pesadilla.ç
Es el momento de reaccionar ante una situación en la que está en juego la supervivencia de muchas personas. O Venezuela se desprende de Maduro o será Maduro quien acabará con Venezuela.
