Nicolás Maduro afirma que su policía sólo dispara con "agua y gasecito"
A gritos y desde su celda, Leopoldo López, el preso del régimen de Nicolás Maduro, ha asegurado que está siendo torturado.
«¡Me están torturando! ¡Denuncien!», dice el político encarcelado a su esposa Lilian Tintori.
La denuncia ha sido divulgada este 23 de junio de 2017 en un vídeo publicado en la cuenta de Twitter de Tintori (Carlos Baute: «Estoy en una lista negra de los sicarios de mi país, Venezuela»).
Juan Carlos Gutiérrez, abogado del dirigente político, ha afirmado que las autoridades de la cárcel militar de Ramo Verde (Los Teques, Estado de Miranda) han prohibido a la familia de López visitarlo desde hace 20 días.
#URGENTE: Leopoldo grita desde Ramo Verde. Denuncio que a Leopoldo lo están torturando. Por favor RT/ LT pic.twitter.com/9A8PU4jz3Z
— Leopoldo López (@leopoldolopez) 23 de junio de 2017
López, dirigente del partido Voluntad Popular (VP) y exalcalde del municipio caraqueño Chacao, cumple una condena de 13 años y nueve meses en prisión, acusado falsamente de instigar a la violencia durante las protestas ocurridas en 2014, en las que murieron 43 personas, cientos resultaron heridos y hubo varios detenidos.
Muchas organizaciones internacionales, figuras políticas y expertos en derechos humanos han pedido la inmediata liberación del opositor por considerar como ilegales las actuaciones en el proceso judicial.
Su familia ha denunciado ser víctimas de vejaciones y otras arbitrariedades en los últimos meses.
EL AMIGO DE PODEMOS
Miles de venezolanos se lanzaron este viernes a sus calles, centros comerciales, plazas o cualquier esquina para mostrar su repudio tras el asesinato de David Vallenilla, de 22 años, que en unas semanas iba a recibir su título en Enfermería. Tres perdigonazos contra su corazón, a quemarropa y con total alevosía, le arrebataron la vida.
Una ola de repulsa recorrió un país conmovido por el «fusilamiento» del joven, como denunciaron organismos de derechos humanos, en el primer asesinato atribuido a un sargento de la base aérea de La Carlota, y no a un guardia nacional (también militar), como se atribuyó en un principio.
En su comparecencia en el Palacio de Miraflores, el «hijo de Chávez» aseguró que la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana «han hecho un esfuerzo heroico, sin armas de fuego, sin escopetas de perdigón, están prohibidas. Con agua y gasecito lacrimógeno solamente, es heroico y eso debería resaltarse».
La realidad le estalló al presidente en sus mismas narices. Pocos minutos después de dar tan sorprendente explicación, caía asesinado David Vallenilla, cazado por un militar con su escopeta de perdigones.