El bolívar pierde la mitad de su valor en 48 días y ya supera los 200,000 por dólar

La Venezuela chavista se ahoga en la ineptitud y en la inflación

Una taza de café ya cuesta un 4,000% más que hace un año

La Venezuela chavista se ahoga en la ineptitud y en la inflación
Hambre en Venezuela

Al ritmo actual, el 'paraíso' de Podemos podría alcanzar una inflación del 450,000% anual

La hiperinflación venezolana sigue quemando etapas y la depreciación del bolívar es cada vez más rápida. La moneda del país caribeño superó hoy una nueva barrera psicológica, y un solo dólar ya se cambia por 201,787 bolívares.

Lo más grave es que la barrera de los 100,000 se había cruzado apenas el 1 de diciembre, lo que supone que la divisa venezolana ha perdido la mitad de su valor en apenas 48 días o 33 sesiones del mercado de cambios informal, el único que opera con alguna normalidad en el país.

El valor del salario mínimo -797,510 bolívares- ya vuelve a ser de menos de 4 dólares mensuales.

La cifra es más escalofriante si tenemos en cuenta que cuando Chávez tomó el poder, en febrero de 1999, un dólar se cambiaba por 0.573 bolívares. Desde el comienzo de la llamada «Revolución Bolivariana», el precio del dólar ha crecido un 35,215,881%.

Si miramos a abril de 2013, cuando Maduro fue elegido por la mínima ante el opositor Henrique Capriles, el tipo de cambio se encontraba en 23.46 bolívares por dólar, lo que significa que el ‘billete verde’ se ha encarecido un 860,132% durante los últimos 5 años.

Dado que la mayoría de los productos que se consumen en Venezuela son importados, la devaluación de la moneda viene aparejada de una creciente inflación, ya que los empresarios necesitan cada día más bolívares para comprar los mismos bienes desde el extranjero.

En diciembre, la subida de precios fue del 85%, según los cálculos de la Asamblea Nacional. El acumulado durante todo 2017 fue del 2,616%, y nada parece indicar que tenga visos de detenerse.

Como ejemplo, la agencia Bloomberg lleva registrando desde 2016 la evolución del precio de una taza de café con leche en una cafetería de Caracas. El 1 de septiembre de 2016 costaba 450 bolívares.

Un año después había subido a 2,800. El pasado 1 de noviembre ya estaba en 5,500, el 6 de diciembre ya había subido a 14,000 y el 2018 lo recibió a 20,000 bolívares. Pues bien, hoy la taza de café ya se salió del gráfico: 45,000 bolívares, lo que supone una inflación del 4,000% interanual en el segmento de desayunos.

Si los precios siguen el ritmo del último trimestre, en este año podría llegarse a un delirante 448,025% de inflación.

Prohibida la inflación

La solución del Gobierno ha sido la misma que la de otros países que han sufrido la hiperinflación, como Zimbabue: prohibirla.

El vicepresidente, Tareck el Aissami, y el director de la «Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos», William Contreras, ordenaron a los supermercados vender los productos a los precios que tenían el 15 de diciembre, y marcar su valor en el envase, para que no puedan cambiarlo durante el día.

El resultado es el mismo que en los otros países: los supermercados están vacíos porque no pueden pagar los costes, que crecen prácticamente cada minuto, con los precios del mes anterior.

Los saqueos, como resupuesta, se han multiplicado. Aun así, hasta el propio Gobierno se ha visto obligado a reconocer el aumento de los precios: las cajas «Clap», un paquete de comida subvencionada que reciben unos 6 millones de venezolanos, aumentaron un 150% el pasado 8 de enero, de 10,000 a 25,000 bolívares, ante el «aumento de costes operativos», según explicó el Ministerio de Alimentación.

Todo eso sin mencionar otro problema que hace la vida diaria cada vez más difícil: no hay billetes.

El papel más alto vale 100,000 bolívares -50 centavos de dólar-, y el siguiente ya es de 20,000 -10 centavos-.

Sin apenas dinero en circulación, cada vez más gente depende de las tarjetas de crédito para cualquier transacción, un problema en un país en el que casi un tercio de la población no tiene acceso a sistemas bancarios, según los últimos datos disponibles (y posiblemente ya desactualizados).

Una explicación de estos problemas es la constante impresión de dinero por parte del Banco Central de Venezuela. En el último año, la liquidez en el país ha aumentado un 1,115%.

Durante diciembre, la liquidez -todo el dinero en circulación en el país- aumentó más de un 40%, lo que no hace más que añadir combustible a la hiperinflación. ¿Las víctimas? Los millones de venezolanos que viven en la pobreza. Según el Gobierno, 7.4 millones sobre un total de 30 millones de habitantes. La realidad es posible que sea mucho peor.

Te puede interesar

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído