Un teniente y una soldado pierden una pierna al estallar un explosivo al paso de su blindado
Cuatro militares y un intérprete españoles resultaron heridos este 18 de junio de 2011, tres de ellos de gravedad, en un ataque con una mina con una «carga importante» que estalló al paso de su blindado Lince.
El atentado tuvo lugar en el norte de la provincia de Badghis, donde se encuentran desplegadas la mayoría de las tropas españolas en el noroeste de Afganistán.
Los heridos de mayor gravedad son un teniente, el jefe del pelotón, cuya identidad responde a las siglas A.G.B., (nacido en Melilla en 1982) y una soldado, la conductora del blindado, J.G.C (Toledo, 1986). Ambos han sido intervenidos y han sufrido la amputación de una pierna.
El tercer herido grave, aunque en menor medida que los anteriores, es el soldado A.Q.S (Las Palmas, 1984), que tiene lesiones y fracturas en una pierna.
El ataque ocurrió a unos cinco kilómetros de la localidad de Ludina, donde los soldados españoles tienen un puesto avanzado, es decir, un pequeño campamento situado en un punto clave para la seguridad, en una zona muy hostil.
Los cinco heridos circulaban por la Ruta Lithium -una carretera de tierra que une el sur con el norte de Badghis- y formaban parte de un convoy de una decena de vehículos que hacía una patrulla ordinaria.
El suyo era el tercer vehículo de la comitiva, que hizo detonar la mina, que se encontraba enterrada en el camino, por presión.
Se trata del ataque más grave sufrido por las tropas españolas desde que, el 25 de agosto pasado, el chófer de un policía afgano mató a dos guardias civiles y a su traductor en la antigua base de Qala-i-Naw, donde instruían a los miembros de las fuerzas de seguridad local.
El intérprete es de origen persa pero tiene nacionalidad española y hace mucho tiempo que trabaja para las Fuerzas Armadas españolas.
Bala Murghab se considera el santuario de los talibán en Badghis, y la base la forman básicamente tiendas de campaña en un terreno de arena y polvo.
Sin embargo, inicialmente se prefirió llevarlos allí, y no a la base de Herat, a 180 kilómetros, donde hay otro hospital Role 2, en este caso gestionado por las tropas españolas.
En los últimos meses varios vehículos Lince han resultado «reventados», según palabras de algunos militares, aunque todos pudieron resistir mínimamente la onda expansiva para que ningún soldado resultara herido de gravedad.
Este 18 de junio de 2011, no fue así. La explosión fue de tal magnitud que ninguno de los ocupantes del vehículo se salvó.
Los artefactos explosivos se han convertido en la principal amenaza de las tropas internacionales en Afganistán. De hecho, el año pasado más de la mitad de los soldados extranjeros que perdieron la vida en ese país fue así. Un total de 368 militares. Y este año 124 también han muerto de la misma manera.
En la provincia de Badghis, los soldados del ejército afgano han llegado a localizar artefactos explosivos de hasta 20 kilos de peso, fabricados de forma rudimentaria. En algunos casos se trata de simples ollas repletas de explosivos y conectadas a morteros de fabricación rusa.
Además, en la provincia no hay ni un solo kilómetro de carretera asfaltado. En consecuencia, resulta especialmente fácil la colocación de artefactos bajo la tierra.