Se debate qué idioma imperará en Indochina y el archipiélago malayo

El inglés y el mandarín se disputan dominar el sureste asiático

15.000 estudiantes malayos viajan a diario a Singapur para estudiar en inglés

El inglés y el mandarín se disputan dominar el sureste asiático
Estudiantes en una clase de chino mandarín.

El inglés ha sido el idioma dominante a nivel global por un siglo, sin embargo ¿será la lengua del futuro? Si el chino-mandarín está llamado a desafiarlo, primero deberá conquistar a su patio trasero: el sureste asiático.

En la ciudad más al sur de Malasia, Johor Bahru, el deseo de hablar buen inglés ha llevado a muchos jóvenes a hacer un impresionante viaje diario de dos horas a la escuela.

Aw Yee Han, de apenas nueve años de edad, se sube a una minivan amarilla a las 04:30 am. Se cuelga su pasaporte alrededor de su cuello.

Esto le hace más fácil mostrarlo a las autoridades de inmigración cuando llega a la frontera malaya.

Su escuela está al otro lado, en Singapur, donde el principal idioma es el inglés.

No es una escuela típica, pero su madre, Shirley Chau, cree que vale la pena.

«Ciencias y matemáticas están escritas en inglés, por eso es esencial para mi hijo hablarlo bien», dice.

VIAJE DIARIO A SINGAPUR

Se estima que 15.000 estudiantes del sureño estado malayo de Johor toman el mismo autobús para cruzar la frontera cada día.

Luce como una medida drástica, pero algunos padres no confían en el sistema educativo en Malasia. Les preocupa que la importancia del inglés está perdiendo terreno en el país.

Desde su independiencia del Reino Unido en 1957, el país ha eliminado escuelas que enseñan el inglés.

Para la década de los ’80, la mayoría de los estudiantes aprenden en el idioma nacional, el malayo.

Como resultado, los expertos aseguran que los estudiantes que se gradúan en Malasia tienen menos posibilidades de ser empleados en el sector informático.

«Hemos visto una reducción significativa en los estándares del inglés en nuestro país, no sólo entre los estudiantes, sino además entre los maestros», asegura el comentarista político Ong Kian Ming.

Aquellos que consideran que el inglés es importante para el futuro de sus hijos, o los mandan a escuelas privadas costosas o a Singapur, donde el gobierno es visto como visionario a la hora de haber tomado la decisión de adoptar el idioma de su antigua potencia colonial.

Casi tres cuartas partes de la población de Singapur es étnicamente china, pero el inglés es el idioma nacional.

Muchos creen que esto ha ayudado a la ciudad-estado a lograr el título de ser el lugar más fácil para hacer negocios, según indica un estudio del Banco Mundial.

Sin embargo, el inglés está siendo desafiado por el creciente dominio chino en Singapur.

La Cámara de Comercio China en Singapur ha establecido clases de chino-mandarín para los negocios.

Los estudiantes además están aprendiendo en mandarín en vez del dialecto hokkien, que era el hablado por los antiguos inmigrantes chinos.

Estos cursos se han vuelto muy populares desde que el gobierno comenzó a dar subsidios a los singapurenses para aprender chino en 2009 durante la crisis financiera global.

«El gobierno presionó para darles la oportunidad de mejorar y prepararse para el crecimiento económico», dijo el portavoz de la cámara, Alwyn Chia.

Incluso algunos negocios están buscando desesperadamente a chinoparlantes.

Lee Han Shih, dueño de una compañía multimedia, dice que el inglés se está haciendo menos importante para él desde el punto de vista financiero debido a que está relacionándose con clientes que hacen negocios con China.

«Obviamente necesitas aprender inglés, pero también debes saber chino», dice Lee.

En momentos en que el poder económico chino aumenta, Lee cree que el mandarín se impondrá ante el inglés.

De hecho, ya está viendo cómo eso está ocurriendo.

«El decaimiento del inglés probablemente es consecuencia de la declinación del dólar estadounidense».

«Si el yuan se está conviertiendo en la nueva divisa de reserva entonces tienes que aprender el chino».

Más y más -dice- lugares como Brasil y China están haciendo negocios en yuan, no en dólares, por lo que se hace menos importante hablar inglés.

BILINGÜISMO EN EL SURESTE ASIÁTICO

En efecto, la influencia china está creciendo en el sureste asiático, conviertiéndose en el principal socio comercial de la región.

Pero afirmar que el mandarín rivalizará con el inglés es «un poco exagerado», asegura Manoj Vohra, director para Asia del Economist Intelligence Unit.

Incluso empresas en China, que prefieren operar en mandarín, están buscando gerentes que hablen mandarín e inglés si desean expandir sus negocios en el extranjero, asegura.

Esto significa que el futuro del inglés no es una cuestión de si será desplazado por el mandarín, sino más bien si coexistirá con el chino, afirma Vohra.

Por ello asevera que el bilingüismo triunfará en el sureste asiático.

Es un fuerte argumento económico, pero en el caso de Vietnam, existe cierta resistencia a aprender mandarín.

El país seguramente comparte frontera con China, pero la decisión del gobierno vietnamita de no enfatizar en el mandarín es una iniciativa sobre todo emocional, señala el economista Le Dang Doanh.

«Todas las calles de Vietnam tienen nombres de generales y emperadores que han estado luchando contra la invasión china en los últimos 2.000 años», dice.

Incluso las tensiones aumentaron el pasado mes de mayo en relación a una disputa de áreas marinas y submarinas en el Mar de China Meridional.

SENTIMIENTO ANTICHINO

El sentimiento antichino significa que los jóvenes vietnamitas prefieren el inglés, el idioma del enemigo derrotado.

Muchas familias todavía llevan las cicatrices psicológicas de la guerra entre Vietnam y Estados Unidos.

En todo caso, no existe animosidad frente al inglés debido a que el prócer de Vietnam, Ho Chi Minh, hizo la distinción entre los que denominó imperialistas estadounidenses que bombardearon Vietnam y el pueblo estadounidense, indica Le Dang Doanh.

Muchos vietnamitas que perdieron a familiares durante esa guerra ahora estudian en EE.UU., agrega.

«Nunca olvidaremos a las víctimas del pasado, pero si queremos industrializarnos y normalizar al país, Vietnam necesita hablar inglés».

El gobierno vietnamita tiene una meta ambigua de asegurar que todos los jóvenes que dejen el sistema escolar para el año 2020 tengan un buen manejo del inglés.

Pero no es difícil para los jóvenes vietnamitas aceptar el inglés. Para algunos el idioma ofrece una especie de libertad, donde el Partido Comunista único tiene el dominio de los medios.

En una plaza del centro de Hanoi un grupo de jóvenes participa en una competencia de break-dance al ritmo del hip hop. Ngoc Tu, de 20 años, dice que sólo escucha música en inglés.

«El Ministerio de Cultura ha prohibido muchas canciones vietnamitas y cualquier publicación que se refiere a la libertad o a la rebelión pero… las canciones en inglés no son censuradas».

Todavía se debate qué idioma dominará el futuro en el sureste asiático. Hay argumentos que defienden cada posición desde el punto de vista económico.

Pero culturalmente no hay disputa.

Incluso los entusiastas del mandarín como el empresario singapurense Lee, dicen que el inglés seguirá siendo popular mientras exista Hollywood.

El éxito de las películas como Kung Fu Panda, la producción de dibujos animados sobre el oso chino, ha causado mucha ansiedad en China, asegura Lee.

Han habido muchos dibujos animados en China sobre pandas, pero ninguno ha tenido tal éxito comercial, agrega.

«En el momento en que Kung Fu Panda llegó a las salas de cine, todos la vieron. Compraron toda la mercancía relacionada y además aprendieron inglés».

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