Iban de mochileros solidarios y se han pasado 5 años secuestrados

El rehén canadiense de los talibanes asegura que mataron a su hija y violaron a su mujer

El relato de la familia norteamericana secuestrada por la red Haqqani se llena de preguntas tras su liberación

Boyle tampoco aclaró uno de los grandes misterios del secuestro: ¿Qué hacía la familia en una zona controlada por los talibanes y otras milicias afines?

Joshua Boyle compareció el viernes 13 de octubre de 2017 ante los periodistas apenas puso el pie en el aeropuerto de Toronto. Boyle, con apariencia cansada y barba poblada en la quijada, leyó un comunicado escueto, que despierta más preguntas que respuestas sobre el caso.

Agarrando un pequeño cuaderno de notas con manos temblorosas, Boyle relató que sus captores «autorizaron el asesinato de mi hija» como «represalia» por no aceptar una «oferta» hecha por los terroristas islámicos (no dio detalles sobre en qué consistía la oferta).

Además, aseguró que su mujer fue violada por uno de sus guardianes, con el visto bueno de dirigentes de la red Haqqani.

Ni la mujer ni sus hijos aparecieron durante la lectura del comunicado. Una furgoneta les esperaba para trasladarlos a Smith Falls, en el estado de Ontario, donde viven los padres de Boyle.

Sí se les vio en un vídeo difundido por el ejército paquistaní, que ejecutó la operación de liberación de la familia el pasado miércoles, con la colaboración de la inteligencia de EE.UU. En esas imágenes se ve a los tres niños y a Coleman, con la cabeza tapada con un pañuelo marrón.

Hasta el momento no había conocimiento de que la familia había tenido un cuarto hijo. Cuando fueron secuestrados, en 2012, en una región montañosa cercana a Kabul, la capital de Afganistán, Coleman estaba embarazada, según recoge Javier Ansorena en ABC.

El comunicado de Boyle tampoco aclaró uno de los grandes misterios del secuestro. ¿Qué hacía la familia en una zona controlada por los talibanes y otras milicias afines? El relato hasta ahora era que estaban en el país de mochileros, después de haber visitado otras zonas de Asia Central.

El viernes, sin embargo, Boyle habló de la «estupidez y la maldad» de la red Haqqani por secuestrar «a un peregrino y a su mujer con un embarazo avanzado» mientras estaban en Afganistán «para ayudar a la minoría más descuidada del mundo, campesinos comunes que viven en zonas controladas por los talibán, donde ni las ONG, ni trabajadores humanitarios ni el Gobierno han sido capaces de llevar la ayuda necesaria».

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