El padre: "No lo podía creer cuando borré mi cuenta de Facebook al comenzar este desafío"
Una familia de la localidad canadiense de Guelph, en Ontario, ha tomado una decisión de la que ya no hay vuelta atrás, según afirma, y que significa precisamente lo contrario: remontarse en el tiempo hasta los años 80, cuando las relaciones no eran virtuales ni se veían ‘interceptadas’ por las nuevas tecnologías.
Según da cuenta ‘Toronto sun‘, Blair McMillan y su mujer, Morgan, tienen 27 años y dos hijos en común: Trey, de 5, y Denton, de 2 quienes, a pesar de su corta edad, ya se sentían más atraídos por el iPad que por los juegos al aire libre. Un día el padre le preguntó a su hijo si quería jugar con él en el jardín, El niño le dijo que no, que prefería quedarse en el ordenador, y el aludido decidió cortar por lo sano.
VUELTA A EMPEZAR DESDE 1986
Para garantizar la felicidad hogareña la pareja decidió entonces iniciar su nuevo periplo en 1986, año en que ambos nacieron.
Así, en su casa hay una televisión, pero que no tiene conexión al cable, y un equipo de música que no reproduce MP3, es decir, un casete de los de toda la vida y que comparte espacio con las cintas de vídeo VHS, el GPS en vez de mapas: de Internet no quieren oír ni hablar y de e-mails, ni de lejos, que para eso están las cartas. Y para qué hablar de teléfono móvil: el fijo y de disco ‘como Dios manda’.
Además, los chicos tienen a su disposición videojuegos, pero de los clásicos. Nada de Playstation, y si desean consultar un dato histórico o entretenerse, lo hacen a la antigua: recurren a los libros.
«NO ME LO PODÍA CREER»
«No lo podía creer cuando borré mi cuenta de Facebook al comenzar este desafío», aseguró Morgan.
«Vamos a criar a nuestros hijos de la misma manera en que nos criaron a nosotros durante un año, sólo para ver qué pasa», explicó Blair sobre su experimento, que empezó en marzo de 2013.
Desde entonces, su mujer ya leyó 15 libros y sus hijos se entretuvieron durante kilómetros con el «veo veo» en el auto familiar, que es un Kia de 2010 sin pantallas para reproducir videos y música desde el respaldo de los asientos delanteros.
La vida retro parece haber beneficiado a Blair -quien hasta tiene un corte de pelo ochentoso y viste a la moda de entonces-:
«Nos sentimos más unidos y hablamos mucho más».