Jessica Leeds, ahora 74 años, acusa al candidato de haberle metido mano en un avión

«Trump se me abalanzó como un pulpo y me tocó los pechos»

"Donald Trump es siniestro, repugnante y repulsivo, pero Pablo Iglesias dijo que azotaría a Mariló y aquí no pasó nada"

Me empujó contra la pared y metió su lengua hasta mi garganta.

Días después de la aparición de un vídeo en el que Donald Trump alardeaba de abusar de las mujeres, varias de sus presuntas víctimas han dado ahora su testimonio y han ahondado en el mayor escándalo ocurrido en la campaña presidencial estadounidense (A Trump le vuelve a caer la del pulpo por este vídeo con una niña de 10 años).

Las mujeres han denunciado abusos ocurridos desde los años ochenta del siglo pasado hasta el 2005, cuatro episodios calificados de «ficticios» por la campaña de Trump, cuyos abogados invitaron a rectificar los medios de comunicación que los difundieron (El equipo de Hillary Clinton acusa a Rusia de favorecer a Trump con filtraciones).

El rotativo The New York Times ha recogido el testimonio de dos de las mujeres, Jessica Leeds y Rachel Crooks, que han denunciado los abusos del hoy candidato presidencial republicano (Trump carga contra su propio partido: «Algunos republicanos se han vuelto locos»).

Leeds, que ahora tiene 74 años, ha explicado al periódico neoyorquino que hace tres décadas el magnate se abalanzó «como un pulpo» sobre ella en los asientos de primera clase de un avión y que le tocó los pechos e intentó meter la mano por debajo de su falda.

Crooks, por su parte, relató que en 2005, cuando ella tenía 22 años y trabajaba en la Trump Tower de Nueva York, coincidió con el magnate en un ascensor de ese edificio y que éste, que no la conocía de nada, la besó en la boca («Donald Trump es siniestro, repugnante y repulsivo, pero Pablo Iglesias dijo que azotaría a Mariló y aquí no pasó nada»).

Los relatos de Leeds y Crooks coinciden con los comentarios realizados por Trump en la grabación que desató el escándalo, que también data de 2005 y en la que el magnate alardeaba de besar y tocar las partes íntimas de las mujeres sin su consentimiento.

«Me atraen las mujeres bonitas automáticamente. Las comienzo a besar, es como un imán, no puedo ni esperar (…). Y cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras (…). Agarrarlas por el coño. Puedes hacer de todo», dijo Trump en una conversación privada con el presentador Billy Bush.

LAS DENUNCIAS

Sin embargo, Trump ha negado este domingo, durante el segundo debate presidencial con la demócrata Hillary Clinton, haber llevado a la práctica sus comentarios, que ha calificado de «solo palabras» y de «lenguaje de vestuario».

Al artículo del The New York Times le ha seguido uno del The Palm Beach Post con el testimonio de Mindy McGillivray, la asistente de un fotógrafo que trabajaba en el hotel Mar-a-Lago, perteneciente al magnate.

McGillivray ha denunciado que durante un concierto de Ray Charles en el hotel, en 2003, Trump, que estaba con su entonces prometida y actual mujer, Melania, la toqueteó detrás del escenario.

La cuarta mujer en ofrecer su testimonio ha sido la periodista de la revista People Natasha Stoynoff, que ha acusado al aspirante presidencial de abusar de ella en 2005 durante una entrevista que le hizo al magnate y a Melania, con la que ya se había casado y que en ese entonces estaba «muy embarazada».

De acuerdo con el relato de Stoynoff publicado en People, el magnate la llevó a una habitación del Mar-a-Lago, la encerró y la besó sin su consentimiento. «Me empujó contra la pared y metió su lengua hasta mi garganta», dijo.

Antes de reencontrarse con Melania y volver al «modo marido cariñoso, como si nada hubiera sucedido», Trump todavía tuvo tiempo de seguir acosando a la periodista: «Tu sabes que vamos a tener una aventura, ¿verdad? (…) Vamos a tener una aventura, te lo digo».

En un primer momento, la campaña de Trump calificó el artículo del The New York Times de «ficción» y dijo que las denuncias eran una «difamación coordinada y completamente falsa» contra el candidato republicano.

Más tarde, los abogados del magnate, del bufete Kasowitz, Benson, Torres & Friedman, invitaron al rotativo neoyorquino a retirar el artículo, rectificar y pedir perdón, de lo contrario amagaron con interponer una demanda.

«Es evidente desde, entre muchas otras cosas, la fecha del artículo, que no hay nada más que un esfuerzo políticamente motivado de derrotar a la candidatura de Trump», apuntaron los abogados, al calificar los testimonios de «falsos» y «maliciosos».

La campaña de Clinton, por su parte, también reaccionó a las acusaciones de las víctimas de Trump.

«Este artículo perturbador encaja tristemente con todo lo que sabemos de la forma en la que Trump trata a las mujeres. Sugiere que mintió en el debate y que el comportamiento desagradable del que presume en el vídeo es más que solo palabras», afirmó la portavoz demócrata Jennifer Palmieri.

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