El presidente de EEUU enarbola su nacionalismo y promete acelerar el muro con México

La Casa Blanca prohíbe a la CNN, NYT, Politico y LA Times entrar a la rueda de prensa

Medios conservadores como Breitbart News, The Washington Times y One America News Network sí tuvieron acceso a la reunión

La Casa Blanca prohíbe a la CNN, NYT, Politico y LA Times entrar a la rueda de prensa
Donald Trump, presidente de EEUU. WH

“No soy el presidente del orbe, sino de Estados Unidos”, afirma el presidente en la reunión anual de los republicanos

La Casa Blanca ha excluido a los medios CNN, «The New York Times», Politico y «Los Angeles Times» de un encuentro con medios este viernes, según ha informado la cadena estadounidense (Donald Trump: El acontecimiento planetario).

Mientras que, según esta misma fuente, medios conservadores como Breitbart News, «The Washington Times» y One America News Network sí tuvieron acceso a la reunión (Donald Trump promete a los principales empresarios de EEUU recuperar millones de empleos).

La revista «Associated Press» y la revista «Time» boicotearon el briefing debido a la gestiones de la Casa Blanca. La Asociación de Corresponsales ha interpuesto una protesta (Los 10 consejos de Michael Moore para deshacerse de Donald Trump).

Varios grandes medios nacionales estadounidenses, The New York Times, CNN, LA Times, Politico y Buzzfeed, han denunciado este viernes que la Casa Blanca les impidió acceder a un encuentro rutinario del portavoz de Donald Trump, Sean Spicer, con la prensa acreditada.

La decisión, insólita, de vetar a los medios se produjo después de que estos reportaran que la Casa Blanca había pedido al FBI que desmintiera públicamente contactos entre el Kremlin y el entorno del presidente estadounidense, una información que llevó a Trump a clamar contra las filtraciones, contra los agentes federales y contra los medios de comunicación a los que ya ha llamado «enemigos del pueblo» en ocasiones anteriores.

La celebración de una rueda de prensa diaria en la que se permite que medios nacionales e internacionales hagan todo tipo de preguntas sobre el gobierno ha sido, tradicionalmente, uno de los orgullos de las sucesivas administraciones que ocupan la Casa Blanca.

Al fin y al cabo, la libertad de expresión está consagrada en la Primera Enmienda de la Constitución. Cuando por algún motivo no es posible hacerlo ante las cámaras en la sala de prensa, se convoca a un gaggle, que cumple el mismo principio -los periodistas preguntan al portavoz- pero, al no estar ante las cámaras, puede tener un carácter más informal.

En todo caso, si se es un periodista acreditado ante la Casa Blanca y está presente, suele tener garantizado el acceso a ese encuentro con el portavoz, en este caso Sean Spicer. Hasta ahora.

Según han denunciado el Times y CNN, cuando sus reporteros acudieron a la hora del encuentro con Spicer, asistentes del portavoz «solo permitieron la entrada de un grupo elegido a dedo de medios que, dijo la Casa Blanca, habían confirmado previamente su asistencia».

En la segunda jornada de la Conferencia anual de Acción Política Conservadora (CPAC), Trump arremetió contra la prensa por pensar que nunca ganaría las elecciones presidenciales de noviembre pasado y por mantener siempre como favorita de las encuestas a la candidata demócrata, Hillary Clinton.

LA RUEDA DE PRENSA DE TRUMP

El soldado. El obrero. La patria. Donald Trump enarboló hoy su bandera más nacionalista. En su alocución a las bases republicanas, el presidente consumó el repliegue de Estados Unidos a sus propios intereses. Fue la apoteosis del Trump más proteccionista. Un líder furioso que ha puesto en lo más alto de su programa la expulsión de inmigrantes, el control de las fronteras y ahora también uno de los «mayores esfuerzos militares de su historia». «Nadie nos volverá a desafiar. Nadie. No soy el presidente del orbe, sino de Estados Unidos», clamó.

Donald Trump buscó el calor de los republicanos. Tras un mes altamente erosivo, el presidente eligió la Conferencia de la Acción Política Conservadora para darse un baño de vítores. La reunión anual le aguardaba ansiosa. Después de ocho años de sequía, llegaba el gran hombre. El comandante en jefe que ha prometido establecer un nuevo orden. «Ya tenéis un presidente», les dijo nada más subir al escenario.