Un uzbeko simpatizante del IS pero no especialmente religioso

El terrorista islámico del atentado con camión en Estocolmo tenía una orden de deportación

Una segunda persona ha sido detenida en relación al ataque que mató a dos suecos, una belga y un británico

El terrorista islámico del atentado con camión en Estocolmo tenía una orden de deportación
El terrorista del camión asesino de Estocolmo. PD

Identificado como un hombre natural de Uzbekistán de 39 años, éste huyó de la calle Drottninggatan, donde el camión que acaba de robar tras sembrar el pánico y la muerte acabó con la cabina en llamas empotrado en los grandes almacenes Ahléns, a través del Arlanda Express.

Con el tren rápido que comunica la capital sueca con su mayor aeropuerto, llegó hasta una tienda en el suburbio de Märsta. Allí, por las heridas y su modo de actuar «extraño», la policía fue alertada y se procedió a su arresto.

Horas antes, las fuerzas del orden ya habían registrado la casa en el suburbio de Hjulsta donde el sospechoso estaba registrado.

Allí vive una compatriota con sus hijos, si bien ésta sólo le prestó hace unos años su dirección para que el terrorista se domiciliara en ella, como declaró al diario DN.

«Somos uzbekos y nos ayudamos los unos a los otros. Hace unos años alguien me pidió si un amigo suyo podía registrarse en mi casa y yo acepté«, explicó la mujer al periódico.

«No entiendo cómo alguien querría matar a gente inocente, es terrible. Que esta persona pueda estar detrás es totalmente incomprensible. Nunca vi una señal de que pudiera ser extremista o le importara la religión. Al contrario, salía de fiesta y bebía alcohol como muchos uzbekos en Suecia«.

La mujer, junto con su hijo de 17 años, fue interrogada por la policía pèro ni detenida ni nada parecido.

El detenido sí mostró su simpatía por el Estado Islámico compartiendo vídeos en su perfil de Facebook. Era conocido por la Säpo, los servicios de seguridad suecos, así como por la inteligencia germana. Aunque no tenía relación con Alemania, según Sveriges Radio, ésta habría confirmado ayer su identidad.

En rueda de prensa, el responsable de Säpo, Anders Thornberg, explicó ayer que la agencia tenía constancia del detenido.

En 2015, éste apareció involucrado como un «personaje marginal», sin conexiones con el extremismo islámico, en un caso de corrupción de la mafia uzbeka, cuyas actividades económicas ilegales financian el terrorismo islámico, según informan medios locales.

La policía descartó informar sobre si el detenido habría confesado haber cometido el atentado.

«Realmente no sabemos cuáles eran sus intenciones, a cuánta gente quería matar. Pero obviamente tenía malas intenciones«, afirmó el jefe de la Policía, Dan Eliasson.

El abogado defensor que la ha sido asignado, Johan Eriksson, también declinó hacer declaraciones, y se limitó a explicar que «no estoy defendiendo el crimen. Estoy defendiendo a la persona que es actualmente sospechosa de haberlo cometido», recoge Aftonbladet.

Desde las 17 horas deeste 8 de abril de 2017 , tras un forcejeo, la policía custodia a tres personas que fueron detenidas en un coche relacionado con el sospecho del atentado. La detención tuvo lugar a pocos metros del lugar del ataque.

Reacciones

Las fuerzas de seguridad también indicaron ayer que se encontró en el camión un «un objeto tecnológico que no debería estar ahí» y que los medios han identificado como una bomba casera, que está siendo investigada por el equipo forense. Como indica la cadena SVT, el primer ministro sueco, Stefan Lovfen, estuvo a 300 metros de ella.

El mandatario socialdemócrata visitó este viernes el lugar del atentado y reafirmó que Suecia no se doblegará ante el terrorismo y seguirá siendo un país «abierto y seguro».

También la princesa Victoria, como representante de la Corona dado que los monarcas suecos estaban regresando de Brasil, se acercó al lugar visiblemente afectada.

«La sociedad ha demostrado un enorme poder y que estamos resistiendo, que queremos resistir. Que estamos unidos. La sociedad sueca está construida sobre una tremenda confianza y comunidad. Vamos a salir de esto más fuertes de alguna manera«.

Su padre, el rey Carlos Gustavo se dirigió al país por la tarde para mostrar su solidaridad con las víctimas. Una de las cuatro víctimas mortales ha sido identificada esta tarde y así se le ha comunicado a sus familiares.

No obstante, el diario Expressen habló ayer con una de ellas: Papusa Cirau, una mendiga de 83 años originaria de Rumanía, que pide limosna en la calle donde se produjo el mortal atropello.

«La gente a mi alrededor sólo gritaba. Me pareció que había una guerra. Traté de levantarme y correr, pero tenía una gran piedra sobre la pierna», en referencia a uno de los grandes leones que impiden la entrada al tráfico, explicó desde su cama en el hospital St. Görans.

«Había un idiota que conducía un camión por Drottninggatan. Condujo pasados esos horribles leones de cemento, pero no pudo alcanzarme. Y ya tengo más de 80 años»; añadió esta mujer que de niña tuvo que abandonar Rumanía primero por como judía ser perseguida por los nazis; y después por las fuerzas soviéticas.

Ayer seis personas fueron dadas de alta del hospital y nueve permanecen ingresadas, dos de las cuales están en cuidados intensivos.

Una niña de 11 años de edad está desaparecida desde el atentado, según denunció su familia. La policía que visitó su hogar en busca de adn no ha querido pronunciarse al respecto, informa Expressen.

Hoy está prevista una concentración en solidaridad con las víctimas y como muestra de unidad en la céntrica plaza Sergels Torg, a pocos pasos del lugar del atentando. Pero lo cierto es que, superado el pánico y el caos inicial, Estocolmo no ha dejado de dar muestras de apoyo y agradecimiento, muy especialmente a las fuerzas del orden.

 

¿Un obrero que sólo quería ganar dinero?

La última vez que el detenido y la conocida que le prestó su dirección tuvieron contacto fue el verano pasado. Según ella, era un hombre trabajador que sólo quería ganar dinero en Suecia.

Obrero de profesión, su esposa y cuatro hijos no vivían con él. Se desconoce desde cuándo residía en el país escandinavo y la policía no ha querido confirmar si tenía los permisos en regla.

«Nunca hablaba de política o religión, lo único que decía es que quería tener más trabajos para poder mandar más dinero a su familia».

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