Preguntado por las últimas palabras del terrorista más buscado del siglo en aquella jornada del 2 de mayo del 2011, O’Neill aseguró que: «No le escuché decir nada. No estaba diciendo nada, se estaba moviendo con su esposa frente a mí. No dijo nada y yo tampoco dije nada. No se dijo nada».
«Las últimas palabras que escuché fueron del compañero que estaba enfrente mío y recuerdo subir detrás y que me dijo que teníamos que subir escaleras arriba para entrar», aclaró el francotirador, según recoge El Comercio.
«Subí, giré a la derecha y Bin Laden estaba allí y era una amenaza. No se estaba rindiendo y asumí que podía llevar un chaleco con explosivos por lo que debía afrontarlo como un terrorista suicida y le disparé a la cabeza», puntualizó.
A la cuestión de si habían mantenido contacto visual explicó que estaba oscuro y él portaba un visor nocturno. «Vi su cara, su nariz y reconocí su barba y su cabeza y estaba más delgado de lo que creía», agregó.
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