Los recibos que pasaban los diputados, para mantener piscinas o pistas de tenis, eran procesados a veces por soldados en servicio, que hacían estos trabajos adicionales cuando estaban algunos días fuera de Irak o Afganistán
Les dieron donde más les duele: en la cartera. Y se lo merecían. Porque ellos, que vivían espléndidamente a cuenta del contribuyente y que se gastaban el dinero de los ciudadanos en caprichos extravagantes, se la agarraban con papel de fumar y recortaban presupuestos siempre que tenían que votar nuevas partidas para mejorar la seguridad o el armamento de las Fuerzas Armadas.
La filtración sobre las inauditas «compensaciones económicas» que recibían los diputados británicos empezó porque la fuente que destapó los abusos estaba furiosa por la falta de equipo adecuado para las Fuerzas Armadas.
Lo revela The Daily Telegraph, que hace cinco meses levantó la liebre. Explica el diario que su informador estaba sumamente molesto al ver que los soldados no tenían material apropiado para combatir en lugares como Afganistán, mientras los políticos usaban el dinero del contribuyente para comprar cosas extravagantes.
El rotativo dice que los recibos que pasaban los diputados, para mantener piscinas o pistas de tenis, eran procesados a veces por soldados en servicio, que hacían estos trabajos adicionales cuando estaban algunos días fuera de Irak o Afganistán para ganar dinero extra a fin de poder comprarse el equipamiento vital que necesitaban, una vez que volvían al frente de batalla.
Los uniformados montaron en cólera cuando vieron lo que los diputados reclamaban, por lo que un amigo civil que trabajaba en el Parlamento consideró que el contribuyente tenía el derecho de saber lo que estaba pasando y se decidió a filtrar la historia.
De este modo, este topo, cuyo anonimato defiende The Daily Telegraph, ha decidido hablar para que el Gobierno del laborista Gordon Brown facilite a los militares el equipamiento adecuado.
Sus relatos están contenidos en un libro titulado ‘No Expenses Spared’, escrito por dos miembros del equipo de investigación del diario británico.
«No es fácil ver por televisión la noticia de un ataúd (de un soldado) cubierto con la bandera Union Jack y después venir a trabajar al día siguiente y ver en el ordenador lo que los diputados se llevan».
«Al escuchar de los soldados en activo que tenían que trabajar para ganar dinero suficiente para comprarse ellos mismos un equipamiento bueno, mientras los diputados tenían dinero público para gastarlo en todo tipo de cosas extravagantes, contribuyó a la idea de que el público tenía que saber lo que pasaba».
«Eso ayudó a inclinar la balanza hacia la decisión sobre si yo tenía o no tenía que filtrar los datos de los gastos».
DOS VARAS DE MEDIR
«Cuando están en Afganistán, están allí al servicio de la Reina y el país, ganando entre 16.000 y 17.000 libras (unos 17.600 y 18.700 euros) al año , mientras los diputados están en el Parlamento con 65.000 libras (unos 71.500 euros), con gastos enormes».
Gordon Brown, cuyo apoyo popular está en su momento más bajo a menos de un año de las elecciones generales, ha tenido que afrontar críticas por el equipamiento suministrado a los soldados.
Algunos uniformados que trabajaban en el Parlamento para ganar dinero adicional querían comprarse, por ejemplo, un chaleco protector tipo Kevlar, similar al que tienen las tropas de EEUU.
Otro quería comprarse botas para el desierto, guantes y gafas de sol, mientras que unos pocos querían comprar regalos de Navidad para sus familias.
El periódico afirma que el topo está bajo una enorme presión a raíz del escándalo y afronta la amenaza de una investigación policial, por lo que quiere mantener el anonimato.
Esta fuente ha filtrado los detalles de las compensaciones, más de 1,5 millones de recibos, a John Wick, ex oficial de las SAS (Servicio especial del Ejército británico), que actuó como intermediario en las negociaciones para que The Daily Telegraph publicara la historia.
Para concluir, el topo no ha dudado en afirmar a los redactores que escribieron el libro que está «sumamente contento» de haber pasado la información.