Esperaba a los policías en el baño, con los pies en el agua, se resistió, disparó como un loco y murió, con su Colt 45 en la mano, de un tiro en la cabeza
Nicolas Sarkozy afirmó que haría lo posible por entregar a la justicia al autor de los asesinatos que han aterrorizado a Francia.
Pero la historia ha tenido otro final, a pesar de que el testimonio de Mohamed Merah podría haber ayudado a saber más sobre las oscuras células extremistas islamistas que crecen en las banlieues de la República.
Tras 32 horas de cerco policial y negociaciones sin fruto, la demencial carrera del terrorista que aseguró pertenecer a Al Qaeda y ser el único responsable de los atentados de Toulouse y Montauban, terminó este jueves 22 de marzo de 2012 con un nuevo estallido de violencia.
Merah ha muerto disparando su pistola Colt 45 contra los agentes de la RAID, las fuerzas de élite de la policía francesa, que han asaltado su escondite en lo que los expertos definieron como una acción de guerra.
Como había prometido, el gélido criminal ha intentado morir matando, aunque solo ha conseguido herir levemente a un policía en un pie. Dos más han sufrido conmociones.
LAS GRABACIONES
El fiscal Molins ha confirmado además que Mohamed Merah había grabado todos sus ataques con una cámara de vídeo y que ha colgado las imágenes en Internet.
La policía ha podido verlas, y según ha trascendido, Merah abatió a uno de los tres militares diciendo:
“Tú mataste a mi hermano, y yo te mato a ti”.
Acabada la pesadilla, la pregunta que muchos franceses se hacen ahora es si realmente Merah era un lobo solitario o tuvo cómplices.
Los Soldados del Califato, un desconocido grupo que se ha declarado afín a Al Qaeda, ha reivindicado los siete crímenes con un comunicado que los expertos consideraron poco creíble.
Por el momento, permanecen detenidos la madre de Merah, su hermano Albelkader, de 29 años, y un amigo de la familia.
VISITAS A ESPAÑA
El terrorista fue identificado hace cinco años por la Guardia Civil en un control rutinario de fronteras en La Jonquera, por donde entraba a España. Entonces no había nada en su contra y siguió viaje.
Este incidente es anterior a los hechos revelados en nuestra edición de ayer acerca de una alerta francesa a España sobre la posible asistencia de Merah a una reunión salafista secreta que pudo celebrarse en algún lugar de la provincia de Girona.
No obstante, la suma de ambos hechos indicaría que Merah debía tener contactos o amigos en España sin que por el momento, a falta de más datos, se puedan aventurar conclusiones que conecten su activismo salafista con Catalunya.
Fue en noviembre del 2007 cuando guardias civiles de control de fronteras destinados en el puesto ubicado en El Pertús, localidad francesa que limita con el término municipal de La Jonquera, ordenaron parar un BMW con matrícula francesa en el curso de una operación rutinaria de control, según ha podido saber La Vanguardia de fuentes de la Seguridad del Estado.
El coche estaba ocupado por cuatro bulliciosos jóvenes que inquietaron a los agentes, por lo que procedieron a identificarlos. Resultaron ser de nacionalidad francesa y uno de los cuatro, Mohamed Merah, entonces de 18 años de edad.
El control fue rápido: cuatro preguntas sobre origen y destino del viaje y comprobación de los documentos. En el parte de la incidencia consta que Merah dijo que venía a España de vacaciones, una respuesta en parte extraña si se tiene en cuenta que era noviembre.
Pero los agentes comprobaron que no había nada en contra de los jóvenes franceses, que prosiguieron viaje con destino desconocido.
Fuentes francesas informan que en la época en que Merah fue identificado en la frontera era más bien un joven desarraigado que luego se supo que cometía asaltos callejeros a punta de navaja.
Las fuentes galas aseguran que Merah tiene ficha por quince robos de carteras y, literalmente, por gamberrismo.
Sin embargo, no descartan que hacia el 2007 o incluso antes comenzara a estar influenciado por ideas radicales salafistas al igual que algunos de sus amigos de Toulouse.
En relación a las posibles amistades peligrosas de este asesino confeso, los investigadores españoles no han facilitado la identidad de los otros tres ocupantes del BMW que, dado el curso de los acontecimientos, han pasado por pura lógica a la categoría de sospechosos.
Las fuentes guardan silencio sobre este aspecto pero no niegan que el dato haya sido suministrado a los franceses, con quienes la colaboración antiterrorista es muy fluida.
Los especialistas no esconden su preocupación ante la posibilidad de que surjan otros Merah entre los miles de jóvenes musulmanes nacidos en Europa a los que azota la crisis económica con más fuerza.
Apuntan, además, que la conexión de Merah con Al Qaeda es más virtual que formal, independientemente de que un grupo que dice llamarse Soldados del Califa haya sellado a posteriori con la franquicia Al Qaeda los asesinatos cometidos por Merah.