Tras hundirse un barco con inmigrantes

Aumentan a 231 los cadáveres recuperados tras el naufragio de Lampedusa

Los buzos describen una escena terrorífica con decenas de cuerpos abrazados y con los ojos abiertos

Aumentan a 231 los cadáveres recuperados tras el naufragio de Lampedusa
Tragedia en Lampedusa

"La imagen que no consigo quitarme de la mente es la de los cuerpos amontonados en el buque, casi todos con los ojos abiertos y los brazos extendidos hacia arriba, como queriendo pedir ayuda"

Los equipos de rescate que trabajan frente a las costas de la isla italiana de Lampedusa, en la zona donde el pasado jueves naufragó una embarcación con más de medio millar de inmigrantes a bordo, han recuperado 231 cuerpos sin vida, según el último balance oficial confirmado este lunes por la noche.

Los buzos han sacado este lunes los cadáveres de 38 personas, incluidas cinco mujeres, del interior del casco del buque hundido, según fuentes consultadas por el periódico ‘Il Corriere della Sera’. Los trabajos han quedado suspendidos y se reanudarán el martes por la mañana.

«La imagen que no consigo quitarme de la mente es la de los cuerpos amontonados en el buque, casi todos con los ojos abiertos y los brazos extendidos hacia arriba, como queriendo pedir ayuda», ha relatado a la agencia el suboficial Salvo Vagliasindi, uno de los buceadores de la Guardia de Finanzas que está trabajando en la búsqueda de las víctimas del naufragio, en declaraciones recogidas por la agencia ADNkronos.

UNA ESCENA HELADORA

«Cuando llegamos a una profundidad determinada vimos lo que imaginábamos. Durante toda la noche había intentado imaginar pero el escenario que vimos es peor de lo previsto. Decenas de cuerpos, muchos abrazados, muchos con los brazos extendidos todavía. Una escena heladora. Parecía falsa. Con los ojos abiertos, parecía que nos miraban», ha relatado Vagliansindi, minutos antes de volver a sumergirse en busca de más cuerpos, tras haberlo hecho el domingo.

El buceador ha asegurado que al principio no quería bajar a recoger los cuerpos aunque luego se convenció de que era necesario extraerlos cuanto antes. «Quería renunciar porque el impacto con la muerte siempre es devastador. Después, he bajado con la serenidad que da poder sacar fuera los cuerpos devastados», ha indicado.

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