La asociación con Europa divide en dos a Ucrania, un país que aún depende en gran medida de Rusia para sobrevivir
La Rusia del ‘zar’ Putín ganó la batalla por Ucrania que se ha librado estos días en la cumbre de Vilna, la capital de Lituania, dedicada a la relación de la Unión Europea con sus vecinos del Este.
Los dirigentes de la UE se emplearon a fondo en negociaciones de última hora para reanimar el proceso de acercamiento de Kiev a los Veintiocho, pero fracasaron.
El Kremlin celebró este viernes 29 de noviembre de 2013 una victoria política mayúscula, al haber evitado, al menos de momento, que el importante país vecino se anclara en la órbita del Oeste.
Ucrania no es una mercancía a precio de saldo que Occidente pueda comprar aprovechando una oportunidad, percibida como única y fugaz por algunos países de la UE, sobre todo por los que fueron parte de la URSS o aliados de aquel imperio y arrastran aún un cierto síndrome de ansiedad.
Ucrania es el destino de más de 45 millones de personas, de las cuales cerca de la mitad residen en las grandes zonas industriales que dependen del mercado ruso, y de la cooperación con Rusia para sobrevivir.
En el conjunto de Ucrania el apoyo social a la Unión Aduanera con Rusia es ligeramente superior (38% de la población) al obtenido por el acuerdo de Asociación con la UE (37,8%), pero la ventaja de la opción prorusa es aplastante en las regiones del sur y del este, que produce cerca de la mitad del PIB del país, según encuestas del Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KMIS, en sus siglas en ucraniano).
Y las autoridades no se andan con chuiquitas. Poco después de hacerse público que el Gobierno ucraniano no apostaba por la UE y si por Rusia, la policía antidisturbios ha usado porras y granadas aturdidoras para dispersar a cientos de manifestantes proeuropeos concentrados en la plaza de la Independencia de Kiev.
Los concentrados permanecían en la plaza desde que el viernes una gran manifestación protestara contra la decisión del presidente ucranio, Víktor Yanukóvich, de no firmar un acuerdo de asociación política e integración económica con la UE.
