"Un no en el referéndum sería un no a Europa", advierte Juncker. Los principales líderes europeos muestran unidad frente a Tsipras
Como su gemelo español Pablo Iglesias, el griego Alexis Tsipras tiene como eje central de su programa una sola obsesión: ir mucho a programas de televisión.
Y este 29 de junio de 2015, en su camino hacia la ruinosa televisión pública (ERT), que su Gobierno reabrió hace unas semanas tras dos años de cierre, el primer ministro griego tuvo tiempo de tuitear que la manifestación que en esos momentos congregaba a unas 17.000 personas en el centro de Atenas, daba «mucha fuerza» a él y a su Gobierno (El nobel Krugman votaría ‘no’ en el referéndum griego para no prorrogar los problemas actuales de Grecia).
Dice Tsipras quen el no en el referéndum del próximo domingo, que Syriza defiende y que coreaban los manifestantes ante el Parlamento, será la mejor baza negociadora para retomar las negociaciones con los todavía socios europeos (El corralito de Grecia causa fuertes caídas en las Bolsas, pero no afecta al euro).
«Cuanto más grande sea la participación y la opción del no, más fuerte será nuestra posición en la negociación. Un apoyo del 60-70% tendría un gran impacto».
Un detalle no irrelevante es que si ganara el sí en la consulta, el líder de Syriza dejó entrever que podría presentar su dimisión.
«No voy a ser primer ministro toda la vida, ocuparé este puesto mientras la gente quiera».
Una hipotética dimisión implicaría la formación de un gobierno de concentración nacional o la convocatoria de nuevas elecciones (La Grecia de Syriza no pagará al FMI los 1.600 millones que vencen este martes).
Y a la espera, los cada día más hartos líderes europeos -sin excepciones- ponen en evidencia la falta de croterio del Gobierno griego y sacuden de lo lindo a Tsipras («Los palmeros españoles de Tsipras representan para España un horizonte tan oscuro e inquietante como Syriza para Grecia»).
Los líderes de la UE salieron ayer lunes en tromba para tratar de convertir el referéndum de Grecia sobre la propuesta europea en un plebiscito sobre el euro.
En un discurso salpicado de reproches hacia el primer ministro Alexis Tsipras, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, subrayó que «un no de los griegos sería una negativa a Europa».
Berlín, París y Roma cierran filas: la canciller Angela Merkel y el presidente francés, François Hollande, secundan esa lectura.
«Euro o dracma: ese es el dilema», resumió el italiano Matteo Renzi.
