En Italia los medios hablan de «invasión» y «caos». Al tiempo que algunos partidos xenófobos, como la Liga Norte, aprovechan para lanzar proclamas contra la política italiana y europea sobre la inmigración
El drama migratorio aumenta en el Mediterráneo Central. Este jueves 27 de mayo de 2016 un barco procedente de Libia ha naufragado y se teme que haya decenas de desaparecidos. Se trata del segundo hundimiento en menos de 48 horas.
Desde el lunes, más de 11.000 personas han sido socorridas por la Guardia Costera italiana y otros cuerpos de rescate y vigilancia comunitarios.
A lo largo de la jornada, los guardacostas italianos coordinaron un total de 22 operaciones de rescate para salvar a estas más de 8.000 personas.
En ellas participaron dos embarcaciones españolas (la fragata Reina Sofía, perteneciente al dispositivo comunitario en el Mediterráneo EUNAV FORMED y una nave gestionada por la agencia europea de control de fronteras exteriores, Frontex).
Junto a ellas, siete unidades de la Guardia Costera italiana, una unidad naval de la ONG Sea Watch, tres mercantes y cuatro remolcadores.
La más complicada fue la operación de socorro a un barco que se hundió a 35 millas de las costas libias.
En él viajaban más de un centenar de migrantes, pero sólo 88 fueron rescatados.
Los guardacostas ni siquiera se pudieron detener a recuperar los cadáveres porque había decenas de personas en el mar a las que asistir.
Aunque la cifra de desaparecidos se desconoce, se teme que entre 20 y 30 personas hayan muerto, según un portavoz de la misión naval de la UE. Uno de los supervivientes es un niño de cinco años que fue trasladado de urgencia con hipotermia en un helicóptero a la isla italiana de Lampedusa para recibir atención médica.