El facineroso murió en el interior de su coche durante el ataqu

El terrorista islámico de los Campos Elíseos tenía permiso de armas pese a estar fichado por radical

Llevaba un kalashnikov, bombonas de gas y otras armas en el vehículo

El terrorista islámico de los Campos Elíseos tenía permiso de armas pese a estar fichado por radical
Islam, violencia, terrorismo, fanático. PO

El 20 de abril, un asesino yihadista mató a tiros a un gendarme, en los Campos Elíseos, a menos de un kilómetro de distancia

Tras el atentado frustrado de este 19 de junio de 2019, en los Campos Elíseos de París, contra un furgón de la Gendarmería, la investigación judicial ha llevado a la detención de cuatro familiares del agresor, que, pese a que estaba fichado por radicalismo islamista desde 2015, poseía un permiso de armas.

Este último punto ha despertado las críticas sobre la eficacia del control sobre ese hombre: recibió la primera autorización para la práctica de tiro en 2012, pero su renovación, el pasado febrero, tuvo lugar cuando ya estaba bajo el visor de las autoridades.

«Nadie puede estar satisfecho de que alguien señalado pueda seguir beneficiándose de ese permiso», indicó hoy en la cadena BFM TV el primer ministro francés, Édouard Philippe.

El jefe del Gobierno recordó que hasta ahora la autoridad civil no tenía acceso al historial de la persona cuando examinaba su situación, una reglamentación que se cambió a finales de mayo, pero al mismo tiempo reconoció que retirar las licencias es «una decisión difícil».

El agresor no había sido condenado y, según una fuente policial citada por el periódico «Le Monde», la renovación de su permiso se produjo con «conocimiento de causa» para no levantar sus sospechas.

El ataque tuvo lugar hacia las 15.45, cuando el agresor -identificado como Adam Djaziri, de nacionalidad francesa y 31 años- embistió con su vehículo contra un furgón de la Gendarmería que circulaba por la avenida parisina.

El tipo murió en el ataque y, según precisaron los medios franceses, en el interior de su coche, un Renault Megane, se hallaron dos bombonas de gas, armas de mano, un kalashnikov, municiones, un ordenador y dos teléfonos móviles que están siendo examinados.

Los investigadores deben determinar ahora si el agresor, que había ido varias veces a Estambul, en cada ocasión en estancias de varios días, tenía vínculos con la organización yihadista Estado Islámico.

La cadena BFM TV detalló que Túnez emitió en 2014 una orden de arresto contra él por hechos terroristas que se remontaban a 2013, mientras que Interpol había indicado a los servicios franceses que le sometieran a una vigilancia discreta y avisaran a sus colegas tunecinos, pero que no lo detuvieran.

El pasado diciembre, las autoridades contemplaron realizar un «registro administrativo» en su domicilio en el marco del estado de emergencia en Francia, pero abortaron el plan ante la ausencia de elementos suficientes para justificarlo.

El fanático vivía en la localidad de Plessis-Pâté, a las afueras de la capital francesa.

La Fiscalía confirmó hoy que los agentes detuvieron en la casa a su padre, su hermano, su cuñada y su exmujer.

La Policía halló en el domicilio del hombre material para fabricar una bomba, pero no explosivos, así como nueve armas, entre ellas pistolas Sig-Sauer 9mm y Glock 9mm, o un kalashnikov.

La familia del agresor, según «Le Monde», se había instalado en ese municipio semirrural hace una treintena de años y su alcalde, Sylvain Tanguy, ha declarado que ejercían una práctica «muy rigurosa» del islam.

El ministro francés del Interior, Gérard Collomb, denunció ayer «una tentativa de atentado», pero la agresión no ha sido reivindicada por ninguna organización terrorista.

El diario «Le Monde» recordó hoy que este último ataque refleja que no hay un perfil prototípico de potenciales yihadistas.

Karim Cheurfi, que asesinó en abril a un agente también en los Campos Elíseos, había sido condenado por tentativa de asesinato contra policías, y en su caso y el de Larossi Abballa, que mató a una pareja de efectivos en su domicilio en junio de 2016, se presumía un «odio» contra ese colectivo.

Djaziri, en cambio, no tenía antecedentes en ese sentido, como tampoco el hombre que agredió a un policía con un martillo junto a la catedral de Notre Dame el 6 de junio, lo que hace presagiar, de acuerdo con el rotativo, que sus uniformes, vistos como «símbolo del Estado y de su Ejército», fomentaron su intervención.

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