Después de Londres, el objetivo ha sido Egipto, un país aárbe y musulmán

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Al Qaeda ha iniciado una nueva ofensiva mundial

PD / Agencias, Domingo, 24 de julio 2005

Sharm el Sheij fue en las primeras horas de la madrugada del sábado escenario de otra matanza terrorista. Es el atentado más sangriento que sufre Egipto desde el de Luxor en 1997 y representa un cañonazo del islamismo más radical contra el presidente Mubarak, aliado de Estados Unidos pero musulmán y árabe. La acción de Al Qaeda hay que inscribirla en el clima de terrorismo y pánico sin fronteras que los islamistas intentan imponer en todo el planeta.

Los atentados de la península del Sinaí han dejado al menos 88 muertos (más de 90 según algunas fuentes) y más de 150 heridos, según fuentes médicas y policiales. Entre las víctimas mortales hay ocho turistas extranjeros, entre los cuales hay dos británicos, dos alemanes, un italiano y un checo, aunque varios cadáveres siguen sin identificar.

Hay tres españoles heridos, dos hombres y una mujer que trabajan en una planta de gas del norte de Egipto propiedad de la empresa Segas (participada por Unión Fenosa). Uno de ellos, Tomás Fraga, fue trasladado a un hospital militar de El Cairo en helicóptero después de las explosiones, aunque fue dado de alta poco después con un fractura en un brazo y diferentes golpes en varias partes del cuerpo. Los otros dos aún permanecen en el hospital de la ciudad turística.

Uno de ellos, el hombre, tenía contusiones en la cabeza y sufrió quemaduras, mientras que la mujer padeció una hemorragia interna y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. La embajada española informó de que la situación de los tres heridos no reviste peligro. Se ha dispuesto una unidad de emergencia consular y varios teléfonos para atender a los familiares (91-379-98-39, 91-379-94-66, 91-379-94-65 y 91-379-94-71).

En dos de los tres atentados, que coincidieron con la fiesta nacional de Egipto, se utilizaron dos camionetas cargadas con explosivos. El primero de ellos ocurrió poco después de la una de la madrugada, hora local, en el mercado antiguo de Sharm. El segundo fue dirigido, pocos minutos más tarde, contra el hotel Ghazala Gardens. Ayer mismo por la tarde, una vez retirados los cadáveres, se inició la demolición del inmueble. Una tercera explosión se produjo unos diez minutos después en un aparcamiento junto al hotel Moevenpickz, en el barrio moderno de la bahía Naama.

En este tercer atentado un hombre arrojó una maleta cargada con explosivos al verse rodeado por un grupo de policías, lo que causó la muerte de 21 de ellos. Según las fuentes, el terrorista no tenía como blanco el aparcamiento, sino varios casinos ubicados a unos 400 metros de éste y frecuentados por turistas. {pag}

Fuentes policiales revelaron que desde hace cuatro días tenían informaciones de que "algo iba a ocurrir", por lo que reforzaron la seguridad en Sharm El Sheij y establecieron puestos de control adicionales.

Las autoridades adoptaron medidas de seguridad sin precedentes, especialmente en aeropuertos y puestos fronterizos. Unas 35 personas fueron detenidas.

Los atentados sucedieron un día antes de que se reanude el juicio contra tres egipcios en relación con los ataques de octubre pasado en Taba, en los que murieron 34 personas y que fueron reivindicados por las Brigadas del Mártir Abdula Azam, organización de la red Al Qaeda en Siria y Egipto que también reivindicó el atentado de ayer. Sin embargo, otro grupo, el desconocido Mujahedi Masr (guerreros sagrados) de Egipto, reclamó para sí la autoría e indicó que cinco de sus militantes habían muerto al llevar a cabo siete explosiones en la localidad egipcia. No se ha podido verificar la autenticidad de ninguno de los dos comunicados.

El ministro de Interior egipcio, Habib Al Adely, no excluyó una posible relación entre los atentados de ayer y los de Taba, al tiempo que descartó cualquier relación con los recientes ataques de Londres.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, aseguró ayer que los atentados no llevarán a su país a cambiar su política en favor del desarrollo de Egipto y la estabilidad y la paz de la región de Oriente Medio. "Estamos decididos a luchar para perseguir a los terroristas y eliminar el terrorismo", dijo Mubarak tras visitar los lugares atacados en Sharm El Sheij. No cederemos ante el chantaje de los terroristas y actuaremos con toda nuestra fuerza para erradicarlos y proteger la estabilidad de nuestro país y garantizar un buen futuro para nuestros hijos", añadió.

La organización de los Hermanos Musulmanes, principal fuerza opositora de Egipto, condenó ayer los atentados, "que van contra los valores del islam", pero afirmó que estos actos son "en provecho de los norteamericanos y los sionistas".

Ayer mismo varias compañías de turoperadores f letaron aviones para repatriar a los turistas extranjeros que lo demandaban.