El decreto fue firmado el pasado mes de noviembre por el presidente Bashar al-Assad
Siria se ha convertido en el primer país árabe que prohíbe fumar en lugares públicos, como restaurantes y cafés. Tampoco se podrá fumar en instituciones educativas, centros de salud, recintos deportivos, cines o teatros.
Los trabajadores no tendrán permiso para fumar en reuniones y las empresas deberán proveer áreas bien ventiladas para fumadores.
La multa por violar la norma oscilará entre los 11 y los 2.169 dólares (entre 8 y 1620 euros).
FUMADORES MOLESTOS
Según la corresponsal de la BBC en Damasco Lina Sinjab, la prohibición ha molestado a muchos de los adictos a la nicotina del país.
En los tradicionales cafés de Damasco, el primer día de la nueva norma provocó que los interiores estuvieran desiertos y que las terrazas estuvieran llenas de fumadores de narguile.
Sin embargo, también hay quien defiende la norma por cuestiones de salud, sobre todo los jóvenes, incluso algunos que son fumadores.
El decreto fue firmado el pasado mes de noviembre por el presidente Bashar al-Assad.
La Organización Mundial de la Salud carece de cifras detalladas sobre consumo de tabaco en Siria, pero el número de personas que se puede ver fumando en público es superior al resto del mundo árabe, especialmente hombres.