Islamabad acepta ayuda de India, pero rechaza la presencia de soldados

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40 niños vivos... 60 muertos y 400 desaparecidos

PD / Agencias, Martes, 11 de octubre 2005

«Gobierno sobre una tumba». La frase es del primer ministro de la Cachemira paquistaní, Sikander Hayat Khan, y refleja de forma sombría la situación real de la región asolada por el terremoto. Las escenas son patéticas. Ayer, tropas paquistaníes y equipos franceses rescataron con vida a 40 niños de las ruinas de una escuela en Balakot, en la provincia de North West Frontier. También sacaron 60 cadáveres de escolares. Dentro del edificio, cuando se desplomó por completo el pasado sábado, había 400 niños y la mayoría no ha aparecido.

 Los equipos de rescate internacionales alcanzaron ayer la remota ciudad de Muzaffarabad, la capital de la Cachemira bajo control de Pakistán, y comenzaron a excavar entre los escombros para intentar rescatar a supervivientes del terremoto del sábado que sigan atrapados. Escribe Somini Sengupta en The New York Times que entre 30.000 y 40.000 personas pueden haber perdido la vida en el seísmo, según estimaciones de la ONU. Grupos de socorristas de varios países -entre ellos Rusia, Japón y Turquía- con perros entrenados en la localización de supervivientes empezaron a colaborar con los servicios de emergencia paquistaníes en Cachemira.

Algunas de las carreteras que conducen hasta Muzaffarabad empezaron a quedar despejadas en la noche del domingo. El Ejército paquistaní puso ayer en marcha los primeros convoyes de camiones con ayuda para las víctimas. Sacos de arroz, leche en polvo, mantas y, sobre todo, agua para las víctimas del seísmo, que alcanzó la magnitud de 7,6 en la escala de Richter. Después de permanecer más de 48 horas al raso entre barrizales, con bajas temperaturas nocturnas y sin agua ni comida, a nadie pareció extrañarle que varios camiones fueran asaltados por los damnificados antes de que la ayuda empezara a distribuirse.

El terremoto del sábado, que ha golpeado con fuerza brutal a la disputada provincia de Cachemira es la peor catástrofe natural que ha sufrido Pakistán desde su independencia, en 1947. El temblor de tierra ha dejado decenas de miles de muertos a ambos lados de la línea que divide en dos la región entre India y Pakistán.

Los medios de comunicación paquistaníes aseguraban ayer que en Cachemira se habían registrado al menos 140 réplicas del seísmo en apenas dos días. Naciones Unidas ha evaluado en más de 2,5 millones de personas el número de damnificados en la región. La mayoría de ellos deberán ser realojados después de haber perdido sus casas.

Como muchos otros países, Estados Unidos se ha comprometido a socorrer a las víctimas. El presidente, George W. Bush, ha anunciado que enviará ocho helicópteros militares de transporte para hacer llegar la ayuda humanitaria a la región montañosa de Cachemira. Pakistán es considerado por la Casa Blanca como un aliado clave en la lucha contra el terrorismo. Los helicópteros llegaron ayer a una base militar próxima a Islamabad y está previsto que empiecen a desplegarse hoy en la zona.

Sardar Sikandar Hayt, máximo responsable regional en la Cachemira paquistaní, elevó a más de 25.000 la cifra de muertos en la catástrofe, aunque otras fuentes del Gobierno de Islamabad señalaban que se habían producido 30.000 víctimas mortales. Mientras, Unicef, la agencia de Naciones Unidas para la infancia, elevaba su estimación hasta los 40.000 muertos.

Entre las decenas de miles de víctimas se encuentran muchos niños, según aseguró ayer el portavoz de las Fuerzas Armadas paquistaníes, el general Shaukat Sultan. "Se ha perdido una generación entera en las zonas más dañadas y entre los más afectados se encuentran los niños", dijo Sultan a la cadena de radio y televisión británica BBC.

Niño rescatado

Los equipos de socorro lograron anoche rescatar con vida a una mujer iraquí y a su hijo de dos años de los escombros del complejo Margala, un lujoso edificio de apartamentos que el seísmo derrumbó en Islamabad. Entre las 45 personas que permanecen desaparecidas entre las ruinas de este edificio se encuentra un empresario español. La madre y el niño fueron trasladados a un hospital, aunque según los primeros exámenes no sufren heridas graves.

La destrucción de los edificios públicos a causa del terremoto ha obligado a improvisar lugares de atención para los heridos. En la ciudad paquistaní de Garhi Habibulá el estadio de críquet se transformó en un hospital de campaña. Los heridos eran atendidos por un equipo internacional de Médicos sin Fronteras antes de ser evacuados en helicópteros militares hasta centros sanitarios de Pakistán.

"Esta ciudad no ha recibido aún ningún tipo de ayuda", aseguraba ayer un vecino de Garhi Habibulá ante las ruinas del instituto femenino de la localidad. "La gente está intentado excavar para rescatar a las chicas, pero probablemente ya estarán muertas ahora", se lamentaba. Centenares de jóvenes de poblaciones situadas en unos 20 kilómetros a la redonda han fallecido o han sido dadas por desaparecidas.

El presidente paquistaní, el general Pervez Musharraf, ha confirmado que India -el país vecino y rival histórico de Pakistán, con el que se ha enfrentado en tres guerras- ha ofrecido ayuda humanitaria para las víctimas del seísmo. El Gobierno de Islamabad aseguró que aceptaba la ayuda material de India, pero que en ningún caso iba a permitir la presencia de soldados indios en el territorio de la región de Cachemira situado bajo Administración paquistaní.