Tengo 40 años. Nací en Amposta y vivo en Vinaròs. Soy sacerdote y músico. Soy párroco de la catedral de la Assumpció de Vinaròs. Soy apolítico. Me he comprometido con el mensaje de Jesús y lo comunico en mis misas y conciertos. Un día casaré a mis amigos homosexuales. Esta es la entrevista que le hace Victor Almela en La Vanguardia al padre Jony, el cura rockero.

¿A Dios le gusta el rock?

¡Sí! Si Jesús estuviese ahora aquí, le gustarían el rock y el hip-hop.

¿Por qué?

Porque son estilos inconformistas, reivindicativos, que denuncian injusticias y proclaman grandes verdades.

¿Qué grandes verdades?

La fraternidad, la justicia, la paz.

Pues el hip-hop tiene fama de agresivo...

Tiene fuerza: nació para dar voz a los sin voz, para reclamar justicia social. ¿Quieres oír mi padrenuestro rapeado?

Adelante, padre Jony.

"Padre nuestro, que estás en los cielos, / Padre nuestro, ven y mira esto, / tantas dictaduras, ansias de poder. / Padre nuestro, venga ya Tu Reino, / ¡que el pan de cada día no se gaste en armamento! / Si todos somos hermanos, que es lo primero, / ¿por qué nos vendemos por el dios dinero? / Si somos familia, si somos hermanos, / ¡¿por qué nos hundimos, por qué nos matamos?!".

¿Por qué?

Porque damos al mundo lo que tenemos dentro. Y, dentro, si no cuidamos de nuestro jardín interior, caen y germinan las semillas de la ambición y el egoísmo.

¿Cómo expurgas tu jardín interior?

Dedicando tiempo a la reflexión, la lectura, la oración y al trato con los demás. Y me germinan canciones.

¿Alguna canción se te ha ocurrido mientras celebras la misa?

Sí, incluso durante la consagración. En cuanto termino la misa, ¡corro a la sacristía a anotarme la canción!

¿Qué dicen los parroquianos de tu pinta?

Siempre que he llegado a una parroquia nueva, la gente más tradicionalista se ha inquietado: "Este parece más rockero que cura, ¡ay, ay, qué será de nosotros!", piensan.

Es comprensible, ¿no?

Aprendamos a no juzgar al otro por su aspecto, a atender a su interior. Es como si los rockeros fuesen todos delincuentes...

¿Te aceptan al final los parroquianos?

¡Siempre! Les escucho, visito a los enfermos, doy catequesis a sus hijos, imparto clases de guitarra a jóvenes, ayudo en lo que puedo, estoy a su servicio… Y lo ven.

¿Das muchos conciertos?

Fiestas de pueblos, institutos, celebraciones… y, ahora, una gira con mi último disco.

¿Y subes al escenario así vestido, con tu alzacuello?

Sí, yo visto siempre así, yo soy este que ves, y así subo. Es mi modo de comunicar "yo estoy para serviros" sin palabras.

¿Cuándo te dio por ser rockero?

Yo iba con una colla de amigos y fans de Ángeles del Infierno, fuimos a verlos en concierto, y eso me atrapó. Yo tenía 15 años...

¿Qué es lo que más te gustó de aquello?

La energía que comunicaban, su inconformismo, su anhelo transformador...

¿Y no había drogas, alcohol, sexo...?

Sí. Y yo ya captaba que eso enmascaraba tristezas soterradas, que no todo era alegría... Y a los 18 años, un amigo de colla,compañero de colegio desde xiquets,murió de sobredosis. Eso... me hizo replantear todo.

¿En qué sentido?

Yo tenía ya vocación religiosa, y ahí decidí que la dedicaría a ayudar a la gente joven a abrirse paso sin arruinar su vida. Les comunicaría valores ¡y el rock sería la vía!

¿Con conciertos sin drogas, sin alcohol...?

No controlo qué hace cada uno, pero mis canciones quieren ser antídoto, inocular algo mucho más sustancioso y potente que un placebo tóxico. Conozco a una chica que dejó la droga después de mis conciertos...

¿Cómo ves el matrimonio homosexual?

Tengo muchas amigas y amigos homosexuales que se aman... Y llegará un día en que podré casarlos por la Iglesia, ¡ya lo verás!

¡Ay, si Rouco te oye...!

Mi fe en Jesús es más larga que mi sotana.

Dar una misa o un concierto: ¿qué eliges?

Son dos modos de comunicar ¡y eso es lo interesante!

¿Cantas en misa?

Oficio misas after hours,de madrugada, después de conciertos de rock, y en ellas...

¿Cómo has dicho? ¿Misas after hours?

Sí, misas en las que cantamos rock y hiphop, en las que interpelo a los presentes, proyectamos grabaciones de actuaciones en pantallas gigantes, pintamos grafitis...

Rompedor... ¿No se quejan tus jefes?

Hemos tenido nuestras charlas..., y me respetan. Les digo que la misa, para mí, ¡es una fiesta! Y una fiesta pide música y marcha.

¿Tan mortecina ves la misa normal?

Sobre todo a mi vuelta de África... Mi vocación misionera me llevó a poblados africanos, y allí se canta y se baila en las misas, te contagian una alegría… ¡Ah, eso sí que son misas que entusiasman a los parroquianos!

¿Aprendiste algo más en África?

Y en Centroamérica. Sí: vi tanta miseria y, lo peor, tanta esclavitud infantil... ¡Eso me conmocionó mucho...! Volví de allí con el propósito de ayudar algo desde aquí.

¿Sólo cantando rock? No sé...

He creado la Fundación Provocando la Paz, que colabora con Manos Unidas en proyectos de desarrollo: a Guatemala enviaré todo lo que obtenga de mi último disco.

Padre Jony, ¿Jesús cantaba?

Cantaba las cuarenta, hablaba claro, denunciaba. Y, en la última cena, con los apóstoles, cantó los salmos. ¡Jesús cogería hoy esta guitarra eléctrica! Jesús sería rockero.