Quince años de nochevieja veraniega en Valoria la Buena (Valladolid)

Quince años de nochevieja veraniega en Valoria la Buena (Valladolid)
. EFE/Archivo

Bolsas de cotillón, uvas de la suerte, cava, turrón y música están ya preparadas en la localidad vallisoletana de Valoria la Buena para celebrar por decimoquinto año consecutivo la nochevieja en pleno agosto y recordar así que, por falta de luz, en 1995 se frustró la celebración ordinaria.

Año a año, esta fiesta organizada en un pueblo que tiene poco más de 700 habitantes censados ha ido congregando a más participantes -unos 15.000 el año pasado según los organizadores- y también actividades, ya que desde el año pasado convocan lo que denominan «La San Silvestre Valoriana», una carrera popular al estilo de la que se celebra en el madrileño barrio de Vallecas.

El alcalde de la localidad, Francisco Javier Calvo, ha confirmado a Efe que esperan para hoy una afluencia parecida a la del año pasado, por lo que han preparado unas 1.200 botellas de cava, 11.000 latas de uvas peladas y sin pepitas, turrón, polvorones y confeti y gorros para casi todos.

Con una sonrisa en la boca, reconoce que no sabe de dónde sale tanta gente en pleno agosto para llenar así las calles del pueblo, habitualmente no tan transitadas, pero, ya más serio, explica que la mayor parte de los visitantes son de Palencia y Valladolid.

Sin embargo, Calvo tiene constancia de la fidelidad de muchos visitantes foráneos, que llegan desde Oviedo, Badajoz, Logroño y Bilbao, desde donde hace unos años se desplaza un club de moteros que le ha cogido el gusto a celebrar la nochevieja en pleno agosto.

De este modo se recuerda lo ocurrido en la nochevieja de 1995, cuando una gran tormenta causó en el municipio un corte de luz desde la nueve de la noche hasta la una y media de la madrugada, lo que impidió festejar la última noche del año y seguir las tradicionales campanadas por la televisión.

Ante esta circunstancia, el alcalde decidió aparcar su turismo en la plaza y reemplazar las campanadas por toques de claxon sincronizados a través de una emisora de radio, porque el reloj de la torre de la iglesia tampoco funcionó.

Desde entonces, la localidad vallisoletana comenzó a celebrar esta cita el primer fin de semana de agosto con las doce uvas, un vaso de cava y una bolsa de cotillón, a fin de rememorar aquel fin de año de 1995.

Orgulloso, el alcalde de Valoria la Buena asegura que el festejo que acoge su municipio figura en un libro alemán como una de las tres fiestas más destacadas de España, al lado sólo de la «Tomatina» de Buñol y los «Sanfermines» de Pamplona.

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