SITUADA EN EL MUSEO DEL ROMANTICISMO DE MADRID

‘La Gloriosa’: una exposición conmemora el 150 aniversario de ‘la revolución que no fue’

Puso fin al reinado de Isabel II y abrió un periodo conocido como el 'Sexenio Democrático' que trajo consigo gozosos avances en materia de libertades

'La Gloriosa': una exposición conmemora el 150 aniversario de 'la revolución que no fue'
Una familia modelo. Ilustración para la revista La Flaca, 1870. Litografía FLICKR.

La Gloriosa. La revolución que no fue‘. En 2018 se cumplen 150 años de la Revolución de 1868 que supuso el destronamiento de Isabel II. Por ello, una exposición del Museo del Romanticismo conmemora aquel acontecimiento que, más allá de sus trascendentales consecuencias políticas, marcó el final del periodo romántico en España.

La muestra está situada en la Sala Octava del mencionado edificio y permanecerá abierta entre el 17 de julio y el 13 de diciembre del presente año.

Bajo el comisariado de Carmen Linés Viñuales, la muestra, pequeña pero interesante, aunque a ojos del que esté ávido en profundizar en aquel periodo de la historia de nuestro país puede quedarse escasa, está formada por fondos de la institución y ofrece al visitante un repaso a un acontecimiento que si bien no trajo consigo grandes cambios en la estructura social y económica del país si cambió el sistema político, abriendo un periodo conocido como el Sexenio Democrático, amén de unos innegables avances en lo referente a las libertades que fueron recogidos en la Constitución de 1869.

Fruto de ello fue el estallido de periódicos y prensa general que acabarían por convertirse en una herramienta esencial de concienciación política.

La prensa satírica, al amparo del decreto de libertad de imprenta de 1868, hizo fortuna gracias al innegable talento de viñetistas y caricaturistas cuyas ilustraciones hicieron que los rostros de los políticos de la época fueran cada vez más conocidos por el gran público, al menos en el entorno urbano.

La exposición recupera algunas de las más hilarantes ilustraciones de ‘La Flaca‘, publicación de tendencia republicana federal en Barcelona, como por ejemplo, ‘Una familia modelo’, con todos los Borbones enzarzados en una constante pelea donde por discutir, discuten los cuadros presentes en la escena.

Otra gaceta barcelonesa, ‘La Campana de Gràcia‘, ofrecía la Baraja de la Revolución, donde dejaba por los suelos a la clase política y a los candidatos al trono.

En Madrid se podía encontrar los periódicos ‘El Pájaro rojo‘ y ‘Jeremías‘, que anunciaban como reclamo en su portada los dibujos del afamado Francisco Ortego.

El resto de la exposición recoge el tremendo desapego que vivía la sociedad española por la reina Isabel II, cuyo tramo final de su reinado se caracterizó por el desgaste del sistema político del bipartidismo.

Los escándalos de la vida privada de la soberana estaban a la órden del día, y se hace inevitable pensar en tiempos más actuales. Parece ser que la historia está condenada a repetirse una y otra vez.

Una vez estalla la revolución, que pronto adquirió el sobrenombre de ‘La Gloriosa‘, cobran protagonismo en la muestra algunos de sus más destacados dirigentes: los generales Prim, Serrano y Topete.

El propio Prim supo entonces, como síntoma indiscutible de los regímenes políticos occidentales, que no es lo mismo prometer desde la oposición que predicar con el ejemplo desde el poder.

A los pocos días de la formación del nuevo gobierno estalló el ‘Grito de Yara‘, la insurrección independentista cubana que le obligó a enviar más hombres a la isla para sofocar el conflicto a pesar de su promesa de suprimir las quintas. Opositar siempre fue más difícil que gobernar.

El ‘Manifiesto a la Nación’, por el cual el gobierno se mostraba a favor de una monarquía cuyo papel había quedado dañado a ojos de la gente provocó horrible malestar entre los demócratas, razón por la cual una escisión originó el nacimiento del Partido Republicano Federal.

Sin embargo, sería injusto orillar en las promesas incumplidas la trascendencia de la labor de aquellos hombres puesto que la nueva constitución establecía por fin la soberanía nacional, el sufragio universal masculino, libertad de imprenta, enseñanza o de culto.

Con Serrano como regente y Prim ostentando la jefatura de gobierno, era el momento de buscar monarca. El elegido por Prim, Amadeo de Saboya, nunca pudo llegar a verlo como un rey ya que nada más poner un pie en España el general fue asesinado en un atentado que aún hoy, sigue sin resolver y ha proporcionado teorías para todos los gustos y hasta una serie de televisión.

El breve reinado de Amadeo (1871-1873), la no menos concisa primera experiencia republicana (1873-1874) y en definitiva, tensiones y discrepancias que lejos de aminorarse acabaron por abrir infinitas vías de agua al régimen surgido de ‘La Gloriosa’ terminaron por promover la vuelta de la dinastía Borbón en la persona de Alfonso XII.

Aunque ‘La Gloriosa‘ daba para una presentación seguramente mucho más extensa, su ubicación en el Museo del Romanticismo, cuya visita va incluida en la entrada de la exposición (3 euros público general, 1,5 euros la reducida) ayuda al visitante a contextualizar y conocer mejor el periodo romántico en España.

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Autor

Roberto Marbán Bermejo

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y actualmente cursa el grado de Ciencias Políticas por la UNED, fichó en 2010 por Periodista Digital.

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