"La representante de zona de SGAE ha comunicado que usted no cuenta con autorización de los depositarios de los derechos de la obra para representar Bodas de sangre"
100 euros. Ese es el impuesto ‘revolucionario’ que les quiere cobrar la SGAE a los alumnos del instituto Zalaeta de A Coruña por una función teatral. El texto que iban a representar era Bodas de sangre, de Lorca.
El coordinador teatral del instituto, Javier Fernández Mariño, no da crédito. La obra de teatro la representaban niños de entre 14 y 17 años en el Fórum Metropolitano. Querían participar en el concurso nacional Buero Vallejo.
FUNCIÓN SUSPENDIDA
Como había hecho en muchas ocasiones, se prepararon a conciencia y solicitaron los permisos pertinentes al Ayuntamiento y a la SGAE. El diario Faro de Vigo recoge las declaraciones del director del centro:
«Nunca tuve ningún problema, incluso tuve una compañía de teatro profesional y todo fue bien con la SGAE. Nunca me ayudaron, pero les pagábamos y no pasaba nada. Pero ayer, en lugar de los contratos para confirmar la actuación me encuentro una notificación anunciándome que la función quedaba suspendida»
El anuncio no era de la propia SGAE, sino del instituto municipal de espectáculos que anunciaba a Fernández:
«La representante de zona de SGAE ha comunicado que usted no cuenta con autorización de los depositarios de los derechos de la obra para representar Bodas de sangre por lo que ha pedido la suspensión de la venta de entradas»
EL BADALONA SE QUEDA SIN MÚSICA
No es la única acción implacable de la semana. El Badalona, un equipo del Grupo III de la Segunda División B, no podrá reproducir su himno. La SGAE quiere cobrarle 90 euros cada vez que lo haga, y claro, no se lo pueden costear.
Uno de los dos autores de la melodía ha decidido reclamar los derechos por cada vez que se emita, pese a que en un principio la idea era donarlos a la entidad deportiva.
La decisión cuenta con el respaldo de la SGAE. El club se defiende:
«Amenizamos con música los partidos pero no forma parte de nuestra actividad, no explotamos ningún negocio, sino que se trata de crear un clima más agradable hasta el inicio de la competición»