Crítica Cinematogáfica

“Annabelle: Creation”, la muñeca repelente retorna

Posesión y juguetes

Las serialización dentro del género terrorífico es una constante. El éxito o no de los filmes adscritos a esta corriente cinematográfica tan popular sella el devenir de sagas eternas como pueden ser las correspondientes a «Pesadilla en Elm Street» (1984), con seis secuelas y un remake o «Viernes 13» (1980), con nueve continuaciones y su esperable y correspondiente remake. Las nuevas referencias terroríficas siguen esta tradición no escrita de sus «colegas» y también se eternizan en el tiempo si los dólares cortejan la iniciativa de los productores. Además, y rizando el rizo, nos encontramos con que «Annabelle: Creation» es, a su vez, un spin-off de «Expediente Warren: The Conjuring» (2013).

Llega a nuestras salas la segunda entrega de las historias de esa endemoniada muñeca llamada Annabelle y que da título a este largometraje. Esta secuela, en realidad es una precuela de la película de 2014 (¡malditos guionistas!) y trata sobre un fabricante de muñecas y su mujer, los cuales tenían una hija que murió trágicamente hace 20 años. Cuando deciden abrir las puertas de su hogar a una monja y a las niñas de un orfanato que acaba de cerrar, la muñeca siniestra Annabelle, que está poseída, empieza a perturbar el hogar familiar.

Producida por el experto en terror James Wan, director a su vez de títulos renovadores del género como son «Saw» (2004) o «Insidious» (2010), estamos ante un claro ejemplo alimenticio que trata de sacar partido de un producto económicamente rentable. Dirige con esta misión en mente un tal David S. Sandberg, director al servicio exclusivo del continuismo cinematográfico y que se limita a imitar a Wan desde la admiración y cierto miedo.

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