El chef habla alto y claro en una entrevista en El Mundo

El recado de Arola a los separaristas: «No admito ni una puta lección de mi españolidad»

"Ser español no es subir a un atril; es hacer las cosas mejor que bien para vender tu país"

Hay gente que va dando clases de españolidad y catalanidad sin salir de su puto atril

Sergio Arola pone la mano en el fuego por su españolidad. El cocinero, en una entrevista en El Mundo este 16 de julio de 2016, no permite (y hasta da un sonoro puñetazo sobre la mesa) que nadie ponga en duda que él es español por los cuatro costados y asegura que la mejor defensa de sentir orgulloso de España es decirlo allá donde se va.

Arola tiene claro lo que haría en el caso de tener que votar en un referéndum sobre la independencia de Cataluña:

Yo votaría no. Pero, ¿tiene sentido no dejar votar sabiendo que se quieren ir? Soy español ¡y no acepto una puta lección de mi españolidad! Por llevar al chucho con la bandera no se es más español. Español se es [golpea la mesa con el puño] cuando vas por todo el puto mundo, como hago yo, diciendo: ‘¡Soy español y esto es lo que hago. Y lo hago de puta madre. Y con los productos de mi tierra, que son los mejores!’. ¡Eso es ser español!

Y aclara:

Ser español no es subir a un atril; es hacer las cosas mejor que bien para vender tu país. Eso lo echo de menos en gente que va dando clases de españolidad y catalanidad sin salir de su puto atril. Su puto cubil vociferando como patéticos Savonarolas y quemando puentes por intereses perversos y oscuros.

Tampoco evita la cuestión de Hacienda y un problemita surgido en su momento:

No, le hago frente como cualquier español. Pymes y autónomos estamos muuuy cansados. Yo hago frente a las deudas como puedo, pero estoy cansado de no poder respirar. Mientras los políticos no tengan que pagar la misma responsabilidad que yo como Pyme, vamos mal. (¿Y cómo fue aquel día de los inspectores?) Entraron policías armados, debía ser por si les esperábamos con M-16. No echaron gases lacrimógenos, pero, con la sala llena, se dedicaron a precintar. Tuvieron lo que querían.

Y asegura que sus menús de 135 euros nada tienen que ver con el hecho de que en España haya ocho millones de pobres:

Si me dices: ‘Vuélate la puta tapa de los sesos y desaparecen los ocho millones de pobres’, cojo un colt y, ¡pum!, me pego un tiro. Si me demuestras causa-efecto entre mi menú de 135 euros y ocho millones de pobres, mañana cierro. Lo juro por Dios. Luego, cuando cierren los restaurantes y los hoteles de lujo y deje de venir el público que no le gusta a determinadas alcaldesas y partidos, a ver qué pasa con los salarios de los españoles. Yo he tenido en brazos a los niños de Unicef. He olido la gangrena de un niño en Mali.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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