Colette es la excepción. Ha venido de Orléans (Francia) acompañada de Charles, su novio. Tiene 18 años, una melena castaña y muchas ganas de pasarlo bien
Timothy habla correctamente el español. Es holandés y tiene 24 años. Lleva sólo dos meses en la capital y «ya me he zumbado a ocho chicas». Lo de estudiar es secundario.
«De Europa, Madrid es mi ciudad favorita por la noche, la gente, la ciudad, las chicas españolas»
Timothy, como miles de estudiantes cada año, ha venido de intercambio con la beca Erasmus para ‘estudiar’ Química. Por supuesto, sin novia.
«ME GUSTAN LAS MORENAS»
De las mujeres españolas le gusta todo. Acostumbrado a las rubias, le llama la atención lo «caliente» de las latinas. Coincide con él el británico Christopher, de 22 años. Estudia Economía y «fisionomía de la chica española», comenta entre risas.
«He mantenido relaciones sexuales con muchas chicas desde que estoy aquí. Tantas que ya he perdido la cuenta»
También está aquí desde hace dos meses. Tiempo récord. Más teniendo en cuenta que su castellano es limitado. Rubio y de ojos azules, confirma que:
«No hablo demasiado con ellas. No hace falta. Vamos a los que vamos»
Destaca de la ciudad «la marcha, las cervezas y, por supuesto, las jóvenes españolas». Confiesa, además, que casi nunca va a clase.
«Nuestra vida se limita a salir en grupo los 5 días de 7. Dormimos poco, bebemos, bailamos y follamos mucho»
«BESAN MUY BIEN»
Sonia es alemana, 23 años, Munich. Estudia comunicación en la Universidad Carlos III de Madrid. No pasa desapercibida. Rubia de pelo rizado, cara de muñeca y cuerpo de escándalo.
«Es más fácil conocer tíos por las noches en España que en Alemania. Me gustan más, aunque no tanto el típico ‘macho ibérico'»
«Físicamente me encantan los españoles. Saben ligar y besan muy bien»
Desde septiembre, Sonia se ha acostado con 6 chicos. Lo tiene fácil. No sólo por su belleza, si no porque comparte piso con otros estudiantes en pleno centro de Madrid. Donde bulle la población Erasmus.
«NO PARO DE LIGAR»
Colette es una de las excepciones. Ha venido de Orléans (Francia) acompañada de Charles, su novio. Tiene 18 años, una melena castaña y muchas ganas de pasarlo bien.
«Estoy contenta con mi chico aunque es verdad que los españoles ligan muchísimo conmigo y, a veces, me cuesta decir que estoy fuera del mercado»
Los estudiantes europeos que viven y disfrutan en Madrid conocen decenas de bares y discotecas donde consumir sus energías y la aportación económica de la Universidad.
Como dice Timothy:
«Lo mejor para coincidir con otros Erasmus es ir al bar La Joyería (Calle de la Cruz 33), Discoteca Joy Eslava (Arenal, 11) y la Cervecería Alemana (Plaza de Santa Ana)»
También en la multitud de fiestas privadas que montan los estudiantes en los pisos compartidos. Allí abunda la sangría.
Un año inolvidable repleto de sexo, alcohol y pocos cuadernos de apuntes.