Como se difundió por algunos foros de Internet, alguno habría hecho su propia Operación Robin Hood en el negocio de Carlos Bardem
La pieza es de Manuel Ortega, figura descollante de ‘ESD‘ y no somos capaces de resistirnos a la tentación de reproducirla porque tiene gracia, algo bastante escaso en el periodismo nacional:
En el principio de todo, hubo un cocido. Lo relataba el pasado sábado 23 de marzo de 2013 en ‘La Razón‘ el periodista Miguel Temprano, al que nadie puede negar haber dado la exclusiva del cierre de La Bardemcilla y del sinuoso Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que cocinaba la propiedad de la taberna en otros fogones, y que llegó a ello tras zamparse dicho plato en el local de marras.
Una exclusiva que ha dejado muy tocada la imagen del clan Bardem y que obligó, tras tres días de informaciones y críticas, a emitir un comunicado en el que la administradora del local, Mónica Bardem, era, como ha indicado Ely del Valle, señalada como chivo expiatorio de una medida que iba en contra de las críticas públicas del resto de propietarios-familiares.
Al fin y al cabo, tras conocerse que la taberna de los Bardem dejaba en la calle a once empleados aplicándoles la reforma laboral, las redes sociales se convirtieron en un hervidero de comentarios ilustrados por la imagen de los Bardem protestando, pancarta en mano, contra la misma para mofa y escarnio.
Porque…
- ¿Es coherente defender la Sanidad pública y, según parece, fletar un avión privado desde México para trasladar a la matriarca a una de las clínicas privadas más conocida de Madrid?
- ¿Es coherente hacer esa defensa y dar la sensación al público de que se agitan ciertas banderas sin pisar algunos pasillos ni guardar turno en salas de espera?
- ¿Es coherente manifestarse contra la reforma laboral, salir con la aplicación de un ERE, recular cuando la opinión pública te pone como chupa de dómine y acabar poniéndote digno comparándote con «tantos pequeños negocios que nadie rescata» cuando algunos de los socios mantienen un colchón económico, y otros negocios, que ya quisieran muchos autónomos y pequeños empresarios españoles?
Son sólo tres preguntas pero conducen a una misma respuesta: en España la coherencia se cotiza cara. Porque aquí mismo, sin necesidad de coger un avión, existe un Cuarto Mundo del que todos conocemos ejemplos.
Claro que son menos exóticos para los gafapastas de documental de diseño. Y es que luego pasa lo que pasa: que, como se difundió por algunos foros de Internet, alguno habría hecho su propia Operación Robin Hood en el negocio de Carlos Bardem.