El botafumiero periodístico no para de echar humo de incienso tras la recepción en Palma
Desde que Letizia Ortiz Rocasolano se convirtió en Reina su transformación ha hecho correr ríos de tinta. Y esta vez, tras años de críticas descarnadas, para bien.
Los últimos halagos que ha recibido la mujer de Felipe VI han sido a raíz de la recepción que el matrimonio ofreció el jueves a 300 representantes de la sociedad balear en el Palacio de la Almudaina.
Narran las crónicas de Doña Letizia estuvo atenta y simpática y que recorrió todos los corrillos durante el cóctel.
Lo debe de estar haciendo muy bien desde que su marido fuera proclamado Rey cuando incluso una de las plumas más afiladas contra ella en estos años -con permiso de la de Jaime Peñafiel- ha terminado rindiéndose a sus pies.
Se trata de Carmen Rigalt, letizista conversa a juzgar por el artículo que firma este sábado en El Mundo bajo el titular La Reina Letizia, de crisálida a mariposa.
«A un mes y medio de aquel importante momento -el de la coronación de Don Felipe-, Letizia no parece la misma. Y no sólo porque se ha convertido en Reina sino porque ha asumido un papel muy alejado del que desempeñó mientras fue Princesa de Asturias.
Su transformación no ha pasado inadvertida a los ojos de nadie. Incluso aquellos que, por razones sospechosamente espúreas, la someten a varapalos diarios, han terminado reconociendo que la hoy Reina Letizia está muy cambiada».
Aplaude Rigalt que la Reina se haya tomado su papel «con una aplicación digna de opositora».
«El cambio de Letizia podría resumirse en que ´ha dado un paso atrás para ganar un paso adelante´.
Y es que ciertamente, desde el 19 de junio, la Reina Letizia permanece todo el rato algo desplazada de su marido (un paso por detrás) cediéndole a él todo el protagonismo de la situación (…)
Ahora ha llegado el momento de demostrar que el Rey es el Rey y todo el foco le corresponde».
Y termina preguntándose si en lo que llama «transformación milagrosa» ha tenido que ver el jefe de la Casa, Jaime Alfonsín.
Sea como fuere, que Rigalt bendiga por fin a Doña Letizia son palabras mayores, ella que ha escrito frases como ésta sobre la entonces Princesa:
- «En cuanto pasa del Puerto de Pajares se le avinagra la sonrisa»
- «La mujer que no quería ser guapa. Si continúa empeñándose, lo logrará. Una lástima»
- «No se puede ir de vacaciones privadas con la pasta de todos los contribuyentes y, encima, haciéndonos la pedorreta»
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