El chileno ha enamorado a María Teresa Campos con su sentido del humor

La espina que lleva clavada y otras intimidades del enigmático Bigote Arrocet

Siempre ha sido muy celoso de su vida privada, pero hay detalles de su pasado que no puede ocultar

María Teresa Campos y Bigote Arrocet forman una pareja feliz y enamorada.

El humorista y la periodista no esconden el amor que se profesan: «Parecen unos quinceañeros», me explica alguien que les ha visto recientemente. Y es que salta a la vista su felicidad. Ambos lucen esa sonrisa y esos ojos chispeantes propios de los enamorados.

Bigote siempre ha sido un hombre muy celoso de su intimidad. Poco o nada ha trascendido de su vida privada. Se sabe que la muerte de su mujer, Rocío Corral, le sumió en una profunda pena:

«No podía pisar la casa que compartieron. Llegó un momento en que estar en Madrid era un suplicio para él por el dolor que sentía al recordar a su amada esposa. Al final, optó por irse a Canarias. Allí tiene buenos amigos que le han reconfortado en estos difíciles momentos».

Un hombre hecho a sí mismo

A pesar del inmenso dolor que le supuso enviudar, Bigote Arrocet no se ha dejado caer en la depresión. Al contrario, se ha forzado para seguir adelante.

Ha continuado haciendo planes y llevándolos a cabo. Y es que no es persona de dejarse mecer en el dolor. Empezó a buscarse la vida siendo muy joven.

Tenía doce años cuando abandonó su hogar en Chile para labrarse un futuro mejor. Sabe lo que es pasar hambre, frío y no tener un lugar donde dormir.

Como todos, también Bigote lleva clavada una espina en el corazón. El humorista se arrepiente de no haber pasado más tiempo con su hija mayor, Gabriela, nacida de su tormentosa unión con la presentadora chilena Gabriela Velasco.

En 1974, el humorista emigró a España. Él cuenta que lo hizo por consejo de su buen amigo Augusto Olivares, funcionario de Allende, que le alertó de que algo gordo iba a pasar en Chile.

Se fue solo, en ese viaje no le acompañaron ni su primera esposa ni su hija mayor. Posteriormente, las iría a buscar para traerlas a nuestro país. Sin embargo, el matrimonio hizo aguas y madre e hija regresarían a su Chile natal.

Arrocet no volvería a pisar tierra chilena hasta 1984.

En 1992, Gabriela Velasco presentó ante un tribunal chileno una demanda por bigamia y difamación contra Bigote.

La presentadora aseguró entonces que descubrió que el humorista se hizo pasar por soltero para contraer nuevas nupcias con Rocío Corral.

En aquel entonces, Gabriela expresó que Arrocet jamás le había pasado la pensión de alimentos para la hija que ambos tenían en común. 

¡Tun, tun! ¿Quién es? El sable de Pinochet

La sombra de Pinochet ha perseguido a Bigote. Algunos han hablado de que era afecto al régimen.

El humorista Godoy explicó en una entrevista que Arrocet tenía una foto del general en su camerino. Sobre este asunto, el artista jamás ha querido pronunciarse. Ha admitido que conoció a Pinochet así como también a Allende.

Al general porque le mandó llamar y a Salvador Allende por mediación de su tío, íntimo amigo del asesinado presidente. De ambos ha dicho que cometieron graves errores mientras estuvieron al frente de Chile.

Pasan los años y las conjeturas sobre los motivos que llevaron a Bigote a abandonar Chile continúan.

Mientras él mantiene que lo hizo advertido por su amigo Augusto Olivares, otros señalan que fue su apoyo público e incondicional, tanto al golpe de estado como a la figura de Pinochet, lo que hizo que muchos de sus compatriotas le dieran la espalda, quedando así tocado de muerte a nivel profesional.

 

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