Residentes de la zona aseguraron haber visto pasar por la puerta tres espectros
La leyenda madrileña cuenta en numerosas publicaciones que en la plaza de Puerta de Moros (barrio de La Latina), al caer la luna se escuchaban misteriosos lamentos, aullidos y gritos que los ciudadanos atribuyeron al alma de un moro que murió allí al ser bautizado.
Intentaron quitar la maldición un grupo de cristianos colocando una cruz sobre la puerta.
A los pocos días, residentes de la zona aseguraron haber visto pasar por la puerta tres espectros que decían el nombre de una persona a la que culpaban de su muerte.
UN CANÍBAL
Se descubrió que se trataba de un armenio que había asesinado a sus tres hijos para comérselos. El parricida confesó su delito y murió azotado. Con él desaparecieron los lamentos en torno a la Puerta de Moros.