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Teresa ‘La Funambulista’

Teresa 'La Funambulista'
Maria Teresa Campos en 'QTTF'. Telecinco.es

RAE.- Funámbulo o funambulista se llama al artista que camina sobre una cuerda o alambre tensado. Puede usarse como sinónimo de trapecista, acróbata, equilibrista, saltimbanqui, volatinero y artista circense….

NOTA.- Se sugiere a la RAE una nueva acepción: persona que pierde el decoro y atenta contra la salud e inteligencia del público en defensa de sus contradicciones, que se obstina en presentar como justas, éticas e irreprochables y que amenaza con defender en cualquier instancia que le pueda resultar beneficiosa…

Retuerce cualquier evidencia hasta hacerla irreconocible. Es capaz de todo. Incluso de presentarse como defensora de una audiencia de la que se burla sin rubor, a la que se engaña continuamente, a la que se oculta mediante censura cualquier traspiés.

Está condenada por el reproche más grave que puede recaer sobre una periodista; recurre a la amenaza y la intimidación cada vez que alguien destapa sus abundantes vergüenzas; se presenta como una mujer progresista y empática con los mas desfavorecidos mientras padece una reiterada pereza, y gran destreza, a la hora de eludir o minimizar sus obligaciones fiscales o comparte mantel, que no alcoba, con un admirador del sátrapa fascista chileno Augusto Pinochet, al que además empotra desahogada y feliz en su naftalínico programa, después de más de veinticinco años en los que la industria de la televisión no había encontrado motivo para requerir sus servicios. Debería estar jubilada hace quince años, ya que dispone de patrimonio y edad abundante, suficiente para no menos de una docena de reencarnaciones, pero padece una maldición propia del medio: parece no poder respirar sin estar microfonada, maquillada y subida a unos potentes ascensores de piel.

En los últimos años se arrastra por los platós de Mediaset amparada por un arrollador aparato mediático de palmeros de ambos sexos dirigido por alguien al que definió ( sin citarle por su nombre, faltaría más! ) como imbécil y gilipollas y a quien conminó a regresar a su país sin que tal expresión pueda entenderse, en su boca, como una afirmación xenófoba.

Ella posee y representa los valores de la ética de la izquierda y — en consecuencia — defiende y proclama la multiculturalidad, el acogimiento y la integración de los inmigrantes, la igualdad en el acceso al mercado de trabajo. Incansable defensora de su intimidad, y de la del «pack» familiar al completo, no suele reparar en gastos a la hora de reclamar , y obtener, en ocasiones de manera inverosímil, amparo judicial.

Gastos que muy bien se puede permitir con los suculentos ingresos obtenidos con la venta intensa y extensa de los lugares mas recónditos de su intimidad, en sus más variados formatos y temáticas: exclusivas en portadas del colorín, libros,…hasta debates sobre unas imágenes editadas con pretensiones de reality show en primetime. Nos ha abierto las puertas de su palacio, de sus amores siempre incompletos y fracasados, de su aristocrática tendencia a rodearse de servicio para todo, de su extenso historial médico.

Incluso del desgarro, el drama y la extrema violencia del suicidio del padre de sus adoradas y adosadas hijas. Ella se cuece mientras se enriquece, no importa el guiso si conlleva un nuevo apunte acreedor en su cuenta corriente. Es el avecrem de la tele, está en todas las salsas y a todo le pone buena cara si hay talón de por medio, incluso a productos que no superan el registro sanitario.

Si. Hablamos de ella. Es Maria Teresa Campos, la musa televisiva de las mañanas, de las tardes, de la noche y de las teletiendas. Forjada, y fajada, en las mesas camilla del cotilleo, pero con pretensiones de opinadora ecuánime, progresista y comprometida. Su gran éxito es contar con la admiración de la audiencia mas envejecida, desinformada y conformista.

La más impermeable a la verdad y la razón. La que más dificultades tuvo para acceder al mundo del conocimiento, la que prescinde de la memoria. La que intentamos entender con no pocas dificultades cuando se dirigen a ella por teléfono para regalarla el elogio de sus últimas voluntades.

Su desparpajo para la simulación es proporcional a su cobardía cuando es desnudada. Es lo que acaba de suceder a propósito de unas supuestas confesiones recibidas de Rocío Jurado.

Tras señalar de forma inequívoca al entorno de la cantante, cómo no…! sin citarles por su nombre, de forma que la amada audiencia no tardó ni un segundo en poner los rostros de Amador Mohedano y José Ortega Cano, fue escupiendo todo su veneno esta vez en forma de pregunta, que no es sino la manera trilera de evitar otra condena por difamación e intromisión ilegítima. «Yo me pregunto por qué no está viva Rocío Jurado… A veces el sufrimiento te lleva, incluso, a no querer vivir. Hubiera querido estar viva hoy Rocío?… Ahí lo dejo.»

No sin antes afirmar, rotunda, categórica, que » Rocío fue una mujer desgraciada»

La extemporánea y diferida respuesta del hermano y representante de la artista no ha gustado al clan Campos, que se revuelve con sus herramientas habituales: el doble lenguaje, el silencio, el cinismo y la cobardía, los juegos de palabras o azuzando la trituradora del despellejamiento público que opera a diario bajo el paraguas del entretenimiento.

Pero el chipionero ha sido una vez más reacio a tirar de pantalones y, sobre todo de dignidad, para defender la memoria de su hermana y, con toda probabilidad, la verdad. Nunca se lo van a poner tan fácil. Hubiera bastado un copia y pega de las preguntas.

«Yo me pregunto por qué no está vivo hoy el padre de tus hijas… A veces, el sufrimiento te lleva, incluso, a no querer vivir. Hubiera querido estar vivo hoy José María Borrego?… Ahí lo dejo. José Maria fue un hombre muy desgraciado».

Podría haber dado incluso un paso más al frente, encadenando una batería de preguntas que el clan tendría la oportunidad de aclarar en las próximas entregas a su amada audiencia: Dónde estabas cuando te comunicaron que » tu marido se ha pegado un tiro»? Sabías que disponía de arma de fuego? Por qué dejaste a un enfermo al cuidado de tus hijas adolescentes?

Situaste tu progreso profesional y tu reconocimiento público por delante de otras obligaciones? Te parece correcto poner tierra de por medio, abandonar tu ciudad y a tu marido en medio de una enfermedad gravísima? Por qué no hiciste uso del derecho, ya reconocido, al divorcio? Te lucraste al contar este violento episodio en memorias, libro y programas de televisión?

La depresión es, según tú, una enfermedad. Dices bien…, pero qué era lo que padeció Rocío? Te parece edificante hacer espectáculo de una muerte tan traumática y violenta con la aparición de tu hija en Mas Allá de la Vida?

En este caso hay que descartar totalmente, porque somos las Campos, cualquier responsabilidad del entorno? Apruebas que tu hija mayor prescinda del apellido de su padre, mientras afirma que Paco Valladares es su padre y Rociito su hermana?

No sientes vergüenza al afirmar que » para mí es como si hubiera muerto de un infarto»? Para qué sirve un forense?…

Yo me confieso, Maria Teresa

Lo reconozco: soy un envidioso. Siempre soñé con pedir el desayuno por teléfono. Dirigirme a cámara mientras comento con agudeza las noticias del día. Almorzar con Florentino Fernández y Carlota Corredera para hablar de obesidad y alimentación saludable, sin duda dos expertos. Alojar en mi palacio a un amor colorido de melena y camisetas.

Incluso interrumpir su descanso a la hora del Ángelus. Tener una hija que — sin estudios ni preparación ni formación — sea el IVA de mis facturas.

Que sea portada de Interviú a los cincuenta y aliente el onanismo de la clase trabajadora. Compartir plató con un machote vigoréxico reducido, esposado y detenido por seis guardias civiles tras un episodio de violencia de género. O con otro condenado a prisión por apropiación indebida.

Tener tu gracejo y ese estilo inconfundible con el que recompones y actualizas tu disco duro (…entonses…) y con el que homenajear a la tierra de la que saliste en estampida. Fulminar en directo a un colaborador y nunca pedirle perdón pese a haber obtenido el amparo de la justicia…

Te mereces un reconocimiento internacional, que desde aquí propongo: el BCE y su presidente, Mario Dragui, deberían nombrarte madrina del nuevo billete de 33€ con la efigie del Pequeño Nicolás.

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