Una parte de las actividades de entretenimiento programadas para el ya fallecido monarca saudita incluyó en aquel entonces un paseo en vehículo por las tierras del castillo de Balmoral, en Escocia. La sorpresa para Abdalá vino cuando, en vez de un chofer, fue la misma reina Isabel quien subió al asiento del conductor del automóvil donde el monarca esperaba, arrancó el Land Rover y lo condujo por toda la propiedad.
Sherard Cowper-Coles, exembajador británico en Arabia Saudita, recuenta en su más reciente libro la reacción de un «nervioso» rey Abdalá, que «no estaba acostumbrado a ser conducido por una mujer, mucho menos por una reina», según recoge RT. Cabe destacar que el monarca probablemente nunca había visto a una conductora en su país, donde se tuvo que esperar hasta el mes pasado para que fuese aprobado un decreto que permitiera que las mujeres puedan empezar a conducir.