Cuatro cerró este 16 de noviembre de 2017 la quinta temporada de «¿Quién quiere casarse con mi hijo?», icono de los programas tróspidos, con récord de espectadores: 1,3 millones de seguidores y un 9,8% de cuota de pantalla.
Sin embargo, el triunfo del programa no se ha limitado a su faceta televisiva, sino que también ha logrado que alguna de las parejas formadas perdure en el tiempo.
Tal y como publica Los40, Jaime y Sonia, que salieron juntos del programa, siguen manteniendo una relación.
Aunque la madre de él no era partidaria de la chica, sus pronósticos no acertaron. Ambos viven juntos en Madrid y están tan contentos con la relación como agradecidos con el programa por haberles mostrado que el amor en televisión se puede conseguir.
Por su parte, Jesús y Andrea, una pareja que hizo historia porque él decidió también pedir matrimonio a su chica en el formato, no terminó de cuajar.
Aunque recientemente han vuelto a retomar el contacto, según publica la web de la radio, no han establecido de nuevo una relación duradera.
La relación de David y Coraima también fracasó, pero en este caso por la distancia. A día de hoy se llevan muy bien pero no están juntos como pareja. Entre Fernando y Rafaela también se interpuso la distancia, aunque en este caso el motivo de la ruptura fue la incompatibilidad de sus personalidades. Los celos jugaron un papel importante en su caso.
La última pareja que salió del programa, Pepe y Lomana, fue la más fugaz. Aunque él le dijo en la gala final que «la necesitaba en su vida», cuando las cámaras se apagaron cada cada uno se fue por su lado.
