Nunca hay que olvidar las buenas maneras. El libro de Caroline Tiger, «Usted primero, por favor: cómo comportarse en cualquier ocasión» de Amat Editorial (168 páginas, 14.50€ en La Casa del Libro), enumera una serie de actuaciones a seguir en las relaciones de pareja y el sexo.
Si va a invitar a alguien a una cita, deje claro que no se trata de un encuentro de dos amigos, así evitará malentendidos.
Si alguien le invita a salir, no dé por hecho que va a pagar la salida. Haga el ademán de pagar. Lo normal es que su pretendiente le diga que se encargará él de la cuenta. Vaya con dinero en efectivo, por si tiene que irse de improvisto.
En la primera cita, si es mujer, no se vista con escotes delanteros ni a la espalda. Lo ideal es combinar una prenda recatada con botas sexys o sandalias en verano. Si es hombre, vaya con una camisa o un pantalón que le sienten bien. Nada de bolsos bandoleras ni corbatas «originales».
Una primera cita se considera un éxito si se alarga y se suceden otras. Evite hablar de sus ex parejas, de lo mal que se lleva con algún miembro de su familia o de sus logros académicos.
No mantenga sexo en la primera cita, no conoce lo suficiente a esa persona como para compartir fluidos con ella.
Cuando vaya a mantener relaciones sexuales, sea sincero sobre sus enfermedades sexuales anteriores, si las ha tenido, y sobre el último test del sida que se haya hecho.
Elija un método anticonceptivo y acuerde quién se encargará del mismo.
Si se acuesta con un pretendiente/a y lo hacen en su casa, compórtese como un buen invitado. Quédese toda la noche, no acapare la cama ni las sábanas ni fisgonee en el botiquín del baño.
Si alguien tiene un fetiche en la cama y le pide hacerlo, valore si quiere atreverse o no. Si es algo que le molesta mucho y no está dispuesto a hacer, deje de ver a esa persona.
No se ael primero en decir ‘te quiero’ si quiere mantener el poder en la relación. No se sienta obligado a decir ‘te quiero’ si el otro se lo dice y no lo siente.
Si quiere dejar de ver a alguien, dígaselo en persona. Nada de llamadas de teléfono o correos electrónicos, sobre todo si se trata de una relación larga de pareja.