Humberto Vadillo (Zaragoza, 1969) presentó el pasado 1 de junio de 2011 la ponencia «El estado mecenas: Arte e incompetencia», un estudio sobre la relación entre el arte y la cultura en general con el Estado, en el marco del IV Congreso de Economía Austriaca. Este evento académico estuvo organizado por el think tank liberal Instituto Juan de Mariana en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Este ensayista, periodista y empresario sostiene que, contra la creencia más generalizada, la intervención de la Administración pública en la cultura resulta dañina para el arte y los artistas. Ha sido entrevistado por Periodista Digital.
Este analista sobre cultura y arte del think tank liberal Instituto Juan de Mariana defiende que los políticos entran a definir qué es y qué no es cultura:
Por el control del arte en sí, porque el arte ha tenido siempre un carácter de apoyo a la libertad, a la causa de la libertad. Y el arte siempre ha tendido a favorecer los órdenes espontáneos. Una vez que el Estado lo controle, o lo controla, va a actuar justamente en la medida contraria. Va a promocionar siempre el estatismo y el socialismo.
Respecto a España, dice:
Lo que se produce y lo que se busca, además de manera intencionada, es identificar a la cultura y al arte como sólo en una posición de izquierdas. Cualquiera que haya estado atento a los últimos veinte años de la vida cultural española se dará cuenta de que ‘la cultura sólo puede ser de izquierdas’. Con lo cual híper legitima a los gobiernos socialistas, naturalmente.
Recuerda que:
Gracias a todas estas subvenciones los artistas reciben un beneficio casi impagable. Que es que no tienen que recurrir al mercado, por lo tanto son libres de hacer prácticamente cualquier cosa. Una película española no tiene que gustarle al público, una obra de teatro moderno no tiene que gustarle al público.
En el Partido Popular se produce una especie de síndrome de Estocolmo en el tema de cultura, que hace que interiorice que la cultura es necesariamente de izquierdas. Un ejemplo fundamental es el alcalde de esta ciudad -Madrid, lugar de la entrevista-, Alberto Ruiz Gallardón, que cuando llega al poder pone de consejera de Cultura a Alicia Alonso, la hija de Nuria Espert. Que ha dicho que ella vota a la izquierda, que se considera una mujer de izquierdas.
Está aceptando implícitamente la superioridad cultural de la izquierda a cambio de que no le hagan nada, de no sufrir críticas exacerbadas de la izquierda.
Defiende que la cultura dependa del mercado, porque la intervención del Estado en la cultura tiene el efecto de «la desmoralización y la corrupción de los artistas.».