El historiador Pío Moa (Vigo, 1948) acaba de publicar la novela ‘Sonaron Gritos y Golpes a la Puerta’, que narra las aventuras de un grupo de jóvenes, Berto y Paco, en aquellos oscuros años. Los protagonistas pasan de la caótica Barcelona de 1936, la División Azul, las conspiraciones de cafetería y la lucha contra los maquis.
Moa reconoce que en su novela, que parte de la inspiración se la dio Carlos Pla.
«Es un abogado y, realmente, toda la historia surgió de un hecho que él me comentó. De una cliente suya que, durante la guerra en Barcelona, por eso empieza también la novela en Barcelona, de repente entró un grupo de milicianos que asesinaron al padre, de una manera muy bárbara, delante de toda la familia; entonces ahí empieza toda la historia. Por eso, al principio, había pensado en una novela negra, pero luego me di cuenta de que la cosa daba para mucho más».
LA LUCHA INTERNA DE COMPANYS CON ESTAT CATALÁ
«Sonaron Gritos y Golpes a la Puerta» es una novela de aventuras, pero en ella también se citan pasajes históricos que el Sr. Moa asegura que están acreditados. Como por ejemplo que el asesinato de Miquel Badía (líder de Estat Catalá) y su hermano fue ordenado por Lluis Companys.
«No, no es una teoría, es algo que está bastante comprobado. Al principio se lo quisieron atribuir a los falangistas, después quedó claro que habían sido los anarquistas. Y estos anarquistas, algo que quedó bastante claro, habían obrado por órdenes, órdenes o incitaciones, directas o indirectas, de Companys. Quedó claro, entre otras cosas, porque el proceso que se abrió contra ellos no prosperó, se vieron un montón de chanchullos y tal para que quedara en nada. Los propios nacionalistas de Estat Català consideraban que era así; es decir,que había sido Companys quien estaba detrás del asesinato de Miquel Badía y su hermano; y eso da lugar a una serie de venganzas que también son históricas».
«El conjunto de esa historia es completamente real, completamente verídico, la intervención de los protagonistas no, claro; pero el conjunto sí».
El Estat Catalá era una formación aliada de Esquerra Republicana, con Miquel Badía y Josep Dencàs al frente, que apoyó a Companys en su rebelión contra España de 1934. De hecho, fue Dencàs el que asumió la jefatura del Estado esa autoproclamada Cataluña independiente:
«La rebelión del 34 fue tan ridícula que había que buscar un chivo expiatorio, y el chivo expiatorio por parte de Companys, para salvar a Companys, fue [Josep] Dencàs y Miquel Badía, fueron estos dos. Entonces sobre él llovió una granizada de insultos y tal; y esto creó un gran resentimiento entre ellos».
«Y aparte, hubo otro problema de rivalidad por una señora en la historia real»
En la historia también se citan otros sucesos históricos, como el apoyo de Manuel Azaña a la entrada de España en la primera guerra mundial, o la actitud del padre del dictador Franco, que también sale aludido en el libro:
«Eso es así. El padre de Franco era un borrachín, efectivamente, y una de las cosas que hacía, por entonces, era ir echando pestes de Franco en público. Pero, claro, no le pasaba nada, se lo podía permitir».
¿RASGOS DEL AUTOR EN EL PROTAGONISTA?
Berto Roig, el protagonista, defiende a los católicos sin ser católico y apoya a los franquistas, sin ser franquista. Además se infiltra en círculos de extrema izquierda. Preguntado sobre si hay parte de él en el personaje, Moa aclara:
«Bueno, hay algo. Hombre, un autor crea sus personajes con rasgos de él mismo y de personas que conoce. Hay algo mío en Alberto Roig, igual que hay cosas que no tienen nada que ver conmigo. Ya empezando por el hecho de que el personaje es anticomunista y yo en mi juventud era comunista».
ZAPATERO
En la historia también salen en un momento dos milicianos franquistas de la División Azul, uno de ellos con un nombre familiar:
«Saavedra tiene cierta simpatía, un tío arriesgado. Zapatero es un tipo abierto y me he inspirado en él, en otro Zapatero conocido, me he inspirado en él. Zapatero y Narcís son los personajes más abyectos. Pero ni con los comunistas, ni con los anarquistas me he ensañado. No quería hacer una novela de buenos y malos».
¿HABRÁ ADAPTACIÓN AL CINE?
«Me lo han dicho varios lectores. Varios de ellos dicen que podría ser una televisión o una película, eso no depende de mí. Depende de quien lo haga, porque es una novela que es muy fácil estropearla en cine. Sobre todo si empiezan a meterse ciertos convencionalismos».
«ERA PEOR LO QUE LOS MILICIANOS DE EXTREMA IZQUIERDA QUERÍAN, QUE LOS MÉTODOS QUE USABAN»
En la obra, se muestras desde primer momento los horrores de milicianos de extrema izquierda (y más adelante también los de la extrema derecha). En este caso llama especialmente la atención, porque Pío Moa en su juventud conoció a genuinos milicianos de extrema izquierda en el Partido Comunista de España Reconstituído (PCE-R), donde figuraron personas como el camarada Arenas, Sánchez Casas, Silva Sande, Cerdán Calixto, Abelardo Collazo o Martín Luna. Estos tres últimos murieron a manos de disparos de la policía tras haber cometido varios asesinatos.
«Hay que entender lo que es el marxismo. En definitiva, lo que nosotros queríamos entonces era peor que los métodos que usábamos. Llevaría a crear una especie de sociedad carcelaria, como en la Unión Soviética, o Camboya o tantos sitios. La cuestión es que nosotros no éramos conscientes de ellos. Nosotros partimos de la concepción científica de la historia, la de Marx. Obrábamos de acuerdo con ellos. Ahora el marxismo ya no está de moda. Pero no hace mucho, había centenares de intelectuales marxistas, porque no había una verdadera crítica. (…) La historia se ha desarrollado en violencias. La historia nunca ha sido una cosa demasiado pacífica».
«Realmente yo me veo entonces, y veo a los camaradas de entonces y estábamos dispuestos a hacer barbaridades porque veíamos que era lo justo. Era el rumbo que vivía en la historia y que la historía nos daría la razón».
En la novela hay varios personajes, como Luisa, que muestra su convencimiento de que la historia jugará a favor de los comunistas.
HUBO RECONCILIACIÓN DE LA GUERRA CIVIL EN LA POBLACIÓN, PERO NO EN LOS POLÍTICOS
Preguntado sobre la reconciliación y sobre por qué ninguno de los dos bandos ha sido capaz de realizar un «homenaje conjunto» a las víctimas de los dos bandos de la contienda, el escritor hace el siguiente análisis:
«Es difícil, sería una farsa hacerlo. La reconciliación la hubo ya en los años cuarenta, entre la población, pero no entre los políticos. Ellos han seguido siempre en las mismas. La guerra civil la planificó la izquierda. Y, claro, la izquierda era mesiánica, que creía que iba a emancipar al ser humano, con ideas muy pobres. Entonces, no es posible poner en el mismo plano a Carrillo, a Besteiro y Agapito García Atadell».
«Companys era un personaje que yo creo que no se podría reivindicar y sin embargo lo están reivindicando a costa de otros que eran mucho mejores que él. Hasta que esto no se acabe y quede una historia para historiadores y no metan mano los políticos, que suelen ser muy ignorantes, pues tendremos a los políticos explotando estas historias que además ponen en peligro la democracia. La democracia salió del franquismo, salió del Rey, que estaba puesto por Franco y por Adolfo Suárez, que era secretario general del Movimiento».
«Y los antifranquistas eran De Juana Chaos, Arzalluz, a Mas, a Carrillo y a muchísimos otros, que parecen más moderados pero que con esto del antifranquismo es como César Vidal con el protestantismo, se suben por las paredes».
En opinión del historiador, el antifranquismo tan radical existente en la clase política actual pone en riesgo la democracia.
Pío Moa también es preguntado sobre la animadversión que causa la dictadura franquista en tantos sectores de la sociedad.
«La animadversión no estaba en la población. Cuando los comunistas tratan de organizar el maquis, cuando ocurre esto fracasan, a pesar de que había hambre. Porque la gente no quería saber nada de ellos. La gente que había votado a la izquierda, había visto como estos habían saqueado y se habían marchado sin acordarse de la gente que habían dejado atrás, que caen en manos de los franquistas y mueren. Pues la vida de estos no les importó a los líderes socialistas. (…) Ahora quieren hacernos creer que el Frente Popular era democratico, pero en el Frente Popular estaban los estalinistas del PCE, los marxistas revolucionarios del PSOE, los anarquistas, Companys que era un golpista y los racistas del PNV ¿pero qué clase de demócratas eran esos? Franco tampoco era demócrata, era un autoritario».
«Zapatero, con la ley de memoria histórica, volvió a la ruptura, que con la crisis económica y todo lo demás, se ha quedado en una situación muy incierta, de gran incertidumbre. Debería surgir un partido un claro plan de reformas. En el aspecto nacional, pero por desgracia, no se le ve. Es un momento de gran incertidumbre».
SU SALIDA DE LIBERTAD DIGITAL
En su entrevista a Periodista Digital, Pio Moa también habla de su salida de Libertad Digital, tras unas diferencias que comenzaron con su polémica con César Vidal y José María Marco sobre lo que definió como homosexualismo.
«Ellos tienen su punto de vista y yo tengo el mío. Cada uno lo expresa y puede haber un debate normal. Por desgracia eso no siempre ocurre y en vez de llevar un debate de manera racional, se lleva un debate de manera pasional, con acusaciones y todo eso. César Vidal tenía unas opiniones mucho más de eso que llaman homófobas que las que yo podría tener, aunque yo no reconozco eso de la homofobia. Él era mucho más duro desde un punto de vista religioso. Yo trataba de establecer una serie de razones para defender mi punto de vista que además no me pudieron rebatir. Entonces, para mí eso todo. ¿Por qué las cosas después empeoraron? César Vidal decía cosas tan extrañas como que había que hacerse un referendum para echar a Cataluña de España o lo del protestantismo».
«Le pasa lo que a muchas personas, tiene opiniones razonables, pero le tocas algún punto flaco y comienza a desbarrar. Y la manera en la que está desbarrando este hombre es graciosa, si se quiere tomar así. Pero es lamentable».
Con la colaboración de Marina López