¿Es la casa un espejo fiel del alma de sus habitantes? ¿Qué podemos encontrar detrás de una puerta? ¿Qué ve un arquitecto? ¿Hay que aceptar siempre los caprichos de los clientes?
Joaquín Torres (Barcelona, 1970), un hombre que ‘lidera su vida y la de la gente que lo acompaña’ -como se afirma en el prólogo-, nos cuenta en este libro innumerables vivencias de su trayectoria,desde los cimientos en La Coruña al fenómeno mediático de la actualidad; de sus proyectos más creativos a su a veces complicada relación con los famosos; de la empresa A-Cero, su familia, su equipo, sus amigos, la conocida urbanización La Finca…
Personajes como Luis García Cereceda, Amancio Ortega, Raúl, Borja y Blanca Thyssen o Víctor Valdés se dan cita en estas entretenidas páginas en las que un hombre honesto, sin pelos en la lengua, nos habla de su vida personal y de su gran pasión: la arquitectura.
Y por si esto fuera poco, Torres nos regala consejos para sacar partido a nuestras casas o evitar que una obra sea traumática, así como secretos para que podamos hacer realidad algunos de nuestros sueños.
TITULARES:
«No me gusta que me conozcan como el arquitecto de los famosos porque no corresponde a una realidad, la gente popular no llega a ser ni a un diez por cierto de mis clientes»
«Un Ronaldo, una Penélope o un Alejandro Sanz tienen tanto tirón mediático que inicialmente está incluso por encima de tu obra. Pero al final quedará la obra y otro será como algo anecdótico»
«Cuando conocí a Amancio Ortega vivía en un duplex más pequeño que el mío, viste siempre de forma parecida y come en los mismos sitios. Es de una humildad sobrecogedora, es su esencia y no la cambia».
«Luis García Cereceda me introdujo en un mundo muy ajeno al mío. Me vine a Madrid porque requería de mis servicios a todas las horas, pero yo ya había hecho casas a famosos. Ambos nos nutrimos el uno del otro»
«Claro que veo la crisis. Es imposible en este país cuando tú lees los periódicos no verla. Estamos inmersos en una crisis política, social y de valores arrolladora. Creo que hacemos muy poco por salir de ella».
«Nos enfrentamos a esta crisis de una manera totalmente pasiva. Es una situación dramática, nos quejamos mucho en pequeños entornos pero luego hay una movilización social sobre esto y poca protesta social. De repente políticos imputados y cuestionados se presentan y vuelven a sacar mayorías absolutas, esto es lo que define lo que somos».
«En un país con casi seis millones de parados buscas a gente para trabajar en tu estudio y vienen arquitectos que sin ningún tipo de experiencia, te preguntan más por sus derechos que por sus obligaciones. Deberíamos de estar más preocupados por dar que por recibir».
«Voluntariamente me he expuesto a los medios con lo cual todo es criticable pero me gustaría de la gente una opinión más fundada, que hablen de mi forma de vestir o de hablar no tiene importancia pero cuando hablan de que me tomo a broma mi trabajo, saco las garras».
«Yo no cuento nada que un cliente no haya querido contar previamente de su casa. Otra cosa es que me pregunten son ellos».
«No entiendo que a Javier Bardem le parezca intolerable que yo hable de él. Me parece de tener una doble moralidad… Lo natural es que me pregunten por él . Nunca volvería a trabajar para él y para Penélope».
«Me marcó mucho que Florentino Perez, que era un amigo de la familia, dijera que era maricón cuando yo tenía trece años. Me dejó en shock.»
«A la única que le tengo que rendir cuentas sobre mi sexualidad es a mi mujer. Me parece terrible tener que hablar de eso, cada uno es como es, cada uno hace de su capa un sayo y lo importante es ser feliz».
«Me ha costado más de siete años de psicoanálisis pero he aprendido a aceptarme como soy y no me afectan las críticas. Tampoco me afectan mucho los halagos, tomo distancia con ambas cosas».
«Los futbolistas en su mayoría son jóvenes, guapos y con dinero y a la hora de pedir piden cosas muy esterotipadas, sobre todo si han tenido carencias, piden cosas como de películas. Piensan en casas más para la excepcionalidad, piden cosas como salas para fiestas, aunque apenas las celebren. Al principio me llamó mucho la atención».
«Creo que fallé en la casa que le hice a Zinedine Zidane. No me siento nada orgulloso de ella y no tengo ni fotos».
«Me piden cosas muy particulares, a lo mejor una mujer coqueta me pide una peluquería, o alguien que colecciona relojes habitaciones para tenerlos, si alguien está muy obsesionado con la seguridad, me pide una habitación del pánico. Cada uno tenemos nuestras cosas».
«He dejado de ver las cosas que me piden como excentricidades, las veo como características llevadas al extremo. Los traumas que hemos tenidos al final se reflejan en las casas,igual que los miedos y las alegrías, las casas tienen el alma del propietario».
Entrevista de Marian García.
Joaquín Torres, autor de ‘Detrás de la Puerta’, (Editorial Esfera de los Libros, 2013)