Tras la abdicación real, el resultado de las elecciones europeas y los procesos soberanistas en marcha, ¿camina España hacia una segunda Transición? ¿Podemos descartar que una reforma constitucional derive en la III República española? Sin duda, un momento político de densidad histórica semejante a los vividos tras la muerte de Franco o el golpe de Estado de 1981. El sociólogo y politólogo Javier Barraycoa, autor del best-seller Historias ocultadas del nacionalismo catalán, realiza en Doble abdicación. Juan Carlos I: ¿El hacedor de la III República? (Stella Maris) un profundo y descarnado análisis sobre la abdicación de Juan Carlos I, las causas que han llevado a este acontecimiento histórico y las consecuencias previsibles que tendrá para España.
Aborda los contrasentidos del reinado de Juan Carlos I y desgrana la coyuntura española de los últimos años, desde Zapatero hasta el fin del bipartidismo y la irrupción de Podemos, con la profunda crisis del sistema y la desafección generalizada como telón de fondo. El problema generacional de políticos y monarcas, el nuevo escenario político, la Constitución vigente o la figura de Letizia Ortiz emergen como el complejo escenario donde Felipe VI deberá iniciar su mandato.
El autor de este libro sostiene en este libro una tesis sorprendente apoyada en un magistral manejo de los datos históricos. Un libro de rigor académico, con un estilo directo y un enfoque políticamente incorrecto que lo hacen imprescindible para comprender una decisión que va más allá de lo que las apariencias permiten ver. El primer libro publicado que aborda la abdicación del rey y la grave crisis del bipartidismo tras las elecciones europeas.
EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA
Juan Carlos I no representa una restauración de la dinastía borbónica que había caído con la II República, sino que podíamos decir que empieza una nueva dinastía fundamentada en el franquismo. Durante la Transición todo esto se intenta ocultar, tapar, y se crea la imagen de un monarca popular, bonachón, cuya legitimidad está teóricamente basada en la voluntad del pueblo.
Según las propias normas de la Casa Real Felipe VI está deslegitimado para ser rey por haberse casado morganáticamente, con una persona que no es de sangre real. Y esto, que Juan Carlos I lotea claro, cuando ve que su hijo se casa con Doña Letizia ya da por perdida esta nueva monarquía.
Posiblemente Felipe VI abra las puertas a una reforma constitucional que lleve a la fractura de España.
Sin un refuerzo religioso es absurda la figura del Rey, porque es un ciudadano más y entonces tiene unos privilegios que no le corresponden más allá de que la gente se los cree.
Había un pacto de silencio absoluto en la prensa para evitar que la gente relacionara la figura de Juan Carlos al franquismo.
Una vez que llegan las elecciones europeas del 25 de mayo, se rompe el bipartidismo y caen Rubalcaba y el viejo PSOE, ya se sabe en la Casa Real que el viejo pacto de respetar la monarquía, de callar sobre ella, se rompe.
Todo el mundo sabía que si El País, Polanco en su momento, el Grupo PRISA, hubiera hecho una campaña directa contra la monarquía, hubiera caído a los pocos días. De esto se jactaba el propio Polanco, de que gracias a él, que era de izquierdas, o la gente de izquierdas, la monarquía se sustentaba.
Durante estos 30 años Don Juan Carlos I ha tenido la obsesión de poder equipararse económicamente a otras casas reales, y para ello ha recurrido a testaferros que le fueran generando negocios, consiguiendo beneficios, etcétera. Pero a estos testaferros, cuando ha convenido, los ha ido echando a la basura como un kleenex.
El 23-F es mucho más complejo de cómo nos lo han querido vender y estaba muy implicado Don Juan Carlos.
Juan Carlos I se siente muy cómodo con la izquierda.
A Felipe VI no le queda más remedio que una afición a la izquierda por su esposa, la reina consorte, que como todo el mundo sabe es republicana de corazón, es de izquierdas de corazón, y esto se acaba notando en ciertas actitudes.
Creo que Felipe promoverá una reforma federalista, presionado por la izquierda y los independentistas, y una monarquía federal es la antesala de una república federal.
Si Felipe VI accede a una reforma constitucional en el sentido que he dicho se abrirá un melón que será muy difícil de recomponer, y si sucede esto, ahora hago pura ficción política, Felipe VI podría ser nombrado presidente vitalicio de la III República y luego dejar paso a una república.
Javier Barraycoa. Doble abdicación. Juan Carlos I: ¿El hacedor de la III República?, Stella Maris, 2014.