Este es un oficio muy difícil porque a veces no salen las cosas y eres el peor escritor del mundo. Pero insistes y hay un momento que la cosa fluye
Luis Landero ha presentado en Periodista Digital su nueva obra ‘El balcón en invierno’ (Ed. Tusquets, 2014). Asomado al balcón, debatiéndose entre la vida que bulle en la calle y la novela que ha empezado a escribir pero que no le satisface, el escritor se ve asaltado por el recuerdo de una conversación que tuvo lugar cincuenta años antes, en otro balcón, con su madre. «Yo tenía dieciséis años, y mi madre cuarenta y siete. Mi padre, con cincuenta, había muerto en mayo, y ahora se abría ante nosotros un futuro incierto pero también prometedor.».
Este libro es la narración emocionante de una infancia en una familia de labradores en Alburquerque (Extremadura), y una adolescencia en el madrileño barrio de la Prosperidad. Es también el relato, a veces de una implacable sinceridad, otras chusco y humorístico, de por qué oscuros designios del azar un chico de una familia donde apenas había un libro logra encontrarse con la literatura y ser escritor.
Y de sus vicisitudes laborales en comercios, talleres y oficinas, mientras estudia en academias nocturnas, empeñado en ser un hombre de provecho. Pero dispuesto a tirarlo todo por la borda para ser guitarrista, y vivir como artista. Y en ese universo familiar de los descendientes de hojalateros, surge un divertidísimo e inagotable caudal de historias y anécdotas en el que se reconoce la historia reciente.
TITULARES:
«Lo que se cuenta son asuntos verídicos, pero en la ficción también se debe ser sincero».
«Es un libro muy sincero, pero no sé hasta qué punto la sinceridad por si misma es una cualidad. Pero añadida a la verdad literaria sí es una cualidad».
«Es una novela de asuntos verídicos, lo he escrito como una novela».
«Lo cierto es que en esta novela no tuve que inventarme nada».
«Los hechos son verídicos pero la visión puede ser imaginaria».
«Podía tener perfectamente mil páginas, he eliminado muchísimas cosas de mi vida, lo que he querido hacer es una especie de cuadro impresionista, con unas pinceladas evocadoras. Lo que quiero sugerir un poco es los tiempos en que viví»
«La memoria es algo caótico, de repente recuerdas algo y te inspira a otro recuerdo. Vamos dando saltos en la memoria».
«Ha sido una estructura muy sencilla, la he ido improvisando sobre la marcha».
«Soy un escritor de escuadra y cartabón. Lo importante es ponerse a escribir, es al calor de las palabras cuando cobra vida eso lo que tenías como boceto. Es cuando realmente empiezas a conocer la historia».
«Mi padre es el gran impulsor de mi mundo literario. Es el manantial donde brota todos mis demonios literarios. Desde luego es una figura obsesiva que vuelve y vuelve. Es la figura que siempre está ahí».
«En esta novela está flotando todo el mundo de la inmigración. Nosotros venimos, como mucha gente, del sur campesino buscando un futuro mejor para todos. Quiero que sea un homenaje a esa generación».
«El mundo rural ha tenido una presencia extraordinaria en la literatura y creo que sus brasas todavía están vivas. Es un mundo en extinción en la vida, pero no en la literatura y en el arte».
«La literatura sirve para que lo vivido no se pierda del todo. Para que la experiencia de tantas generaciones siga vivo de algún modo».
«El arte preserva tesoros de experiencia y conocimientos».
«He tardado en escribirlo seis meses, pero bien mirado he tardado toda la vida. Ha ido madurando secretamente en mi, experiencias que se han ido decantando, seleccionando ellas sola».
«Escribía con una facilidad que parecía sospechosa. Creo que el libro estaba secretamente escrito, solo tenía que pasarlo a limpio».
«Escribir fácil, con sencillez y precisión es un logro».
«A veces se hace cinco versiones de una frase y a lo mejor la mejor era la primera».
«Este es un oficio muy difícil porque a veces no salen las cosas y eres el peor escritor del mundo. Pero insistes y hay un momento que la cosa fluye».
«¿Dónde está la vida? ¿La vida está escribiendo cosas ante un atril? ¿O la vida está ahí fuera mezclándose con la gente? Lo que es visión aventurera y romántica de la vida, ¿donde está?»
«Hay una insatisfacción crónica en el hombre. Un intento de vivir con plenitud. Pero esta plenitud la vives en momentos determinados, por ejemplo los momentos pleno del amor, de la amistad».
Luis Landero (Alburquerque, Badajoz, 1948) de una familia de agricultores extremeños emigrados a Madrid en 1960, tuvo que trabajar muy joven para pagarse los estudios en los oficios más variopintos, en especial como profesor de guitarra flamenca. Se licenció en filología hispánica por la Universidad Complutense, ha enseñado literatura en la Escuela de Arte Dramático de Madrid y fue profesor invitado en la Universidad de Yale (Estados Unidos).
Se dio a conocer con Juegos de la edad tardía en 1989 (Premio de la Crítica y Premio Nacional de Narrativa 1990), novela a la que siguieron Caballeros de fortuna (1994), El mágico aprendiz (1998), El guitarrista (2002), Hoy, Júpiter (2007, XV Premio Arcebispo Juan de San Clemente) y Retrato de un hombre inmaduro (2010), todas ellas publicadas por Tusquets Editores. Traducido a varias lenguas, Landero es ya uno los nombres esenciales de la narrativa española. Ha escrito además el emotivo ensayo literario Entre líneas: el cuento o la vida (2000), y ha agrupado sus piezas cortas en ¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004). Absolución, su novela más trepidante, es una delicada historia de amor, una cuenta atrás que no da tregua, y un inspirado relato de aprendizaje y sabiduría a través de un elenco de personajes inolvidables.