Hablar de Filipinas es idea de mi editora, Raquel Gisbert, quien me propone la historia de abordar la colonia más lejana y desconocida
Virginia Yagüe visita Periodista Digital para hablar de su última novela ‘La última princesa del Pacífico’, publicado con Planeta. En ella la escritora y guionista realiza un exhaustivo trabajo de documentación e investigación del periodo histórico que da escenario a la trama: el final del siglo XIX y la pérdida de colonias del imperio español durante el desastre del 98.
La última princesa del Pacífico narra el camino hacia la madurez de Carlota Díaz de la Fuente, de origen español aunque crecida en la colonia más lejana y olvidada por todos: Filipinas.
El destino quiere que Carlota cumpla su mayoría de edad y formalice su matrimonio en 1896, cuando las alarmas de una posible revolución comienzan a despuntar y el movimiento de insurgencia pugna por la independencia de la metrópoli española.
Durante los dos años siguientes, Carlota vivirá un proceso de revelación que la llevará a ser consciente de la realidad política y social que le rodea, los cambios de un siglo agonizante y su propia insatisfacción como mujer. Un recorrido que culminará con el encuentro de un amor inesperado y una pérdida tan dolorosa como definitiva que tendrá como colofón el dramático asedio que vivirá Manila y que concluirá con la pérdida definitiva de la colonia, que será entregada a Estados Unidos.
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«Hablar de Filipinas es idea de mi editora, Raquel Gisbert, quien me propone la historia de abordar la colonia más lejana y desconocida. Me tomé unos días para investigar sobre Filipinas (antes no sabía demasiado a parte del ‘gran desastre’), y en esa primera incursión, me encuentro con una colonia desconocidísima, evocadora y atractiva a partir de la cual empieza un proceso muy duro de investigación y documentación para crear esta historia».
«El final de siglo XIX, 1885-1898 tienen que ver con el asedio final de Manila. Un periodo fascinante del final del siglo, en un espacio geográfico muy apetitoso para las grandes potencias que se van a pelear en ese periodo en el Pacífico por un enclave estratégico muy valioso. A partir de ahí, comienza un periodo interesantísimo desde el punto de vista Español y la tradición de imperio español que muere. El desastre del 98 implica un nuevo periodo para España, que deja de ser para siempre lo que fue, se inicia un nuevo periodo y que impregna a la sociedad de un desánimo generalizado que sitúa a la gente de las colonias en una nueva realidad, desconocida pero deslumbrante».
«No creo que el final del siglo XIX y el desastre del 98 tengan nada que ver con movimientos nacionalistas actuales. La coyuntura de ese momento es muy particular, marcado por la independencia de la metrópoli y cambio de siglo muy particular. Los movimientos independentistas se empapan de otra realidad, pertenecen al siglo XX donde existen estados ya instituidos que tienen que ver con el nacionalismo. Ambos son momentos revolucionarios como cualquier proceso de independencia».
«La documentación utilizada fue muy extensa y complicada, con relatos de sesgo militar y de funcionariado, incluso de realidad indígena, pero con un vacío significativo con respecto a los usos y costumbres establecidos que al final es la base para establecer a los personajes y su realidad. Por ello se utilizó también muchos datos fuera de las bibliografías documentadas para ver cómo se vivía entonces realmente y como se mezclaban las realidades. Pero fue fascinante por el carácter exótico y desconocido de este tipo de historias de aventuras con perfil de literatura de aventuras».
«El conflicto en el relato es una garantía para cualquier narrador. Pero además, la protagonista es una mujer lo cual, en ese devenir histórico de la novela, triplica el conflicto en esa época concreta. Una mujer enfrentada a su época y a su situación vital que transcurre en paralelo a la historia de su país que implica su propio descubrimiento, donde entra el amor imposible».
«En el mundo audiovisual estamos permanentemente en crisis. Pero creo que los guionistas que pasan a novela garantizan el incidente y la acción continua en la historia para que hagan de motor. También nos enfrentamos a la creación de la introspectiva del personaje, que a veces en el ámbito audiovisual no tenemos oportunidad para desarrollar, no tanto por la crisis sino por la demanda de una narración activa».
Evocadora, de prosa sugerente y repleta de emociones llevadas al límite, ‘La última princesa del Pacífico’ está llamada a ser el nuevo éxito de la narrativa colonial española.
Virginia Yagüe es licenciada en Estudios Superiores de Imagen y Sonido por la Universidad Complutense de Madrid, y diplomada como guionista en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid. Ha escrito numerosos guiones para televisión y cine, trabajo complementado por su labor docente en la UIMP, ECAM y EICTV.
