Nos extraña que los abandonados se mimeticen con el paisaje, para sobrevivir
Arturo Pérez-Reverte tiene un ‘idilio‘ con Twitter los domingos por la tarde y este 9 de noviembre de 2014 acudió puntual al ‘Bar de Lola’ con el sucedáneo del referéndum independentista catalán, como telón de fondo.
Y arrancó nuestro prolífico y polémico académico repartiendo estopa a diestro y siniestro:
- «Desde 1980 mirando hacia otro lado con Cataluña, sin distinción de siglas o ideologías, abandonándola a su suerte, y ahora ponemos morritos».
- «Pase lo que pase luego, mañana el Estado español recogerá el fruto de 30 años de desidia, pasteleo y cobardía política. Enhorabuena a todos».
- «Y ahora, después de 30 años dejando a tanta gente maniatada, indefensa, y al fin adoctrinada, queremos héroes. Anda y que nos den».
- «Nos extraña que los abandonados se mimeticen con el paisaje, para sobrevivir. Y aconsejen a sus hijos llevar la bandera más grande que puedan».
Pero la afirmación más contundente la deja para el final, cuando sentencia:
Somos un país de golfos y de gilipollas. Por cada golfo, 100.000 gilipollas.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) noviembre 8, 2014
A renglón seguido, reflexivo y por si se ha equivocado en sus cáclculos, matiza las proporciones:
«Igual hay más de 540 golfos (yo soy de letras y calculo mal), pero el número de gilipollas sigue invariable».
En la conversación, Reverte aprovecha para responder sarcásticamente a una ‘follower’:
«Me pregunta una tuitera feminista radical qué pasa con las golfas… y con los gilipollos».
Y remata feroz:
Somos un país de gilipollas que vivimos por encima de nuestras posibilidades de ser gilipollas.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) noviembre 8, 2014