Cuando vemos una foto de una patera nos olvidamos no sólo de dónde viene, sino lo que ha provocado y qué responsabilidad tenemos
Apasionado por África desde pequeño el periodista Xavier Aldekoa, decidió conocer ese continente de norte a sur. Actualmente vive en Sudáfrica, y considera que «es díficil hablar de África, ya que son simples fronteras, líneas establecidas», para él la magia de este lugar son los africanos y sus diversas historias.
Periodista Digital le entrevistó en su plató para para conocer más detalles de su obra ‘Océano África’, el libro en el que refleja sus experiencias en este «mágico continente».
Esta es una historia de carreteras de tierra, de viajes en autobuses destartalados y de platos de mijo compartidos. También de las lágrimas de un veterano de guerra en Sudán del Sur, de la negociación de una dote en una aldea sudafricana y del hambre desesperada de los nómadas del Cuerno de África.
Desde hace más de una década, Xavier Aldekoa recorre el continente africano, donde ha sido testigo de guerras fratricidas, de hambrunas silenciadas y del despegue de naciones. El reportero polaco Ryszard Kapuscinski decía que África no existe, y probablemente tenía razón, pero desde luego sí existen los africanos. Este es el libro de un periodista en África pero también de la risa, la ira, el baile, la muerte, la fiesta y la vida en un territorio de una riqueza humana y cultural apabullante.
África es un océano. Un lugar inabarcable y aparentemente homogéneo si se observa desde la superficie, pero diverso y extraordinario cuando nos sumergimos en su interior. Este es un libro desde África.
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La pasión por África nace de la literatura, de la literatura de mi padre, antes de irnos a dormir nos explicaba el lugar de cuento, pero sobretodo fragmentos de libros. La descripción que hacía mi padre de África me fascinaba, yo recuerdo la primera África cuando era pequeño, y a partir de ahí todo lo que estuve haciendo fue para acabar en África. Me interesa mucho descubrirla pero sobretodo contarla.
El libro nace de una batalla interna mía de llegar a un continente que no existe, al final las fronteras son convenciones de la Conferencia de Berlin, en las que decide hacer una frontera que en tierra no tiene sentido. Esa África que llamamos así no existe, pero las personas sí existen. Así que me he centrado en las personas que son los protagonistas del libro.
Sí, se tiende hablar de África como un solo país y es un poco esa lucha, intentar hablar de diversidad no solo de países, sino dentro de un mismo país.Hablar de un conjunto de África es casi imposible.
El periodismo no es una varita mágica, es un punto de partida no un punto de llegada. Se trata de explicar lo que ocurre entre todos y que empujen hacia un lugar. Me parece que si das educación das libertad, cuanto más educación tiene, más libertad tiene porque es más consciente de sus derechos y lo reclamará. Después hay dos factores que es una buena gobernanza, la corrupción sistemática impide el proceso y el abuso externo también tiene esa ayuda interna, se explota con la conveniencia de gobiernos locales, así que quizás estos tres factores sean los definitivos para cambiar.
He descubierto que pueblos incluso que iba con un cierto prejuicio me han enseñado muchas cosas. Tienen unas enseñanzas que lo llevan a cabo por años de experiencia de vida social, creo que son muy importantes. Cuando miro a África no solo un continente que tenemos que ayudar, sino un continente del que tenemos que aprender.
Si enseñamos a un niño que no sabe nada de la Guerra Civil diría que no le transmite nada, si creamos un contexto al lado entonces sí, ya sabemos lo que ocurre. Cuando vemos una foto de una patera nos olvidamos no sólo de dónde viene, sino lo que ha provocado y qué responsabilidad tenemos.
En situaciones de conflicto hay un factor de inseguridad o de riesgo que está ahí. Nunca me he sido la persona con más riesgo de la zona porque normalmente estoy hablando con gente que ha sufrido mucho. Me parece un poco obsceno quedarme en mis riesgo, yo al final habló con personas y quiero transmitir qué les pasa.
Me ha costado acotar el libro, porque tenía que tener una número determinado de páginas y hay muchas historias que se me han quedado en el tintero. Recuerdo la crisis de Costa del Marfil, yo iba del sur al norte y había muchos controles militares, hasta que llegó a un espacio de la carretera y me cogieron los papeles me los tiraron al suelo y dijeron que ya no servían porque estaba entrando en el territorio rebelde. Son historias que me quedaron en el tintero.
Yo hice un documental con el circulo más cercano de Mandela y me explicaban que él después de salir de prisión cenó con el juez que le había condenado y le preguntó por qué no le había condenado a la muerte y el juez le contestó que era consciente que si en algún momento tenía que hablar con el enemigo no le podía cortar la cabeza porque sería incontrolable.
Si el hambre fuese contagiosa ya no habría hambre en el mundo. El ébola nos ha rozado, pero no se puede comparar con lo que ocurre en África. Aquí ha rozado de una forma trágica, pero muestra cómo vemos ese continente, con temor cuando nos roza. Los medios de comunicación tiran por lo que es más influyente, en cambio lo que ocurre en África pocas veces es influyente. Nunca creo que el silencio y el olvido sean inocentes. Hay silencios que sirven para seguir explotando una situación.
Hay una gran literatura negra, en una época de lucha y combate por la libertades es normal que la cultura sea uno de los brazos de esa lucha, sin duda hay una gran literatura en Sudáfrica.
Xavier Aldekoa (Barcelona, 1981) es licenciado en Periodismo y eterno estudiante de Ciencias Políticas. Amante de las maletas improvisadas y de abrir bien los ojos al viajar, siente una predilección especial por África y sus gentes.
Con veinte años viajó por primera vez al continente y desde el año 2009 vive en Johannesburgo (Sudáfrica). En los últimos años ha cubierto múltiples conflictos y temas sociales en Somalia, República Democrática del Congo, Angola, Mali, República Centroafricana, Sudán y otra treintena de países africanos. Es corresponsal de La Vanguardia en África, miembro de la productora social e independiente Muzungu y colabora elaborando reportajes para distintos medios.